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Proveedores de bienes y servicios de Iglesia y Jáchal, y la minera Josemaría lograron ayer un principio de acuerdo que podría calmar el profundo malestar que se suscitó a principios de mes, desde que Deprominsa, que opera el proyecto minero realizó la licitación para el servicio de catering y aseo de su futuro campamento.

En el encuentro, en el que el Ministerio de Minería de San Juan participó como mediador del conflicto, se acordó que se estudiará incorporar una cláusula o anexo –tanto en la licitación en curso, como en las futuras- en la cual se obligue al ganador del contrato a detallar en forma escrita qué bienes y servicios subcontratará en los departamentos de Iglesia y Jáchal, y que desarrollo harán en la zona primaria de influencia del proyecto minero. La mina de cobre Josemaría está ubicada en Iglesia y las pymes departamentales de la zona quieren que el derrame económico del gran proyecto también llegue a esas comunidades.

Fernando Varela, presidente de los proveedores iglesianos de CAPRESMI dijo que la incorporación de este anexo escrito les daría garantías de que serán tenidos en cuenta en los contratos de la mina. Y agregó que la empresa se comprometió a solicitar el permiso a la gerencia de la minera, para incorpora esta cláusula. “Nos pidieron un tiempo para contestarnos, dentro de una semana. Esto destrabaría el conflicto”, informó Varela.

Por su parte, Leonardo Caballero, desde Tierra Minera, sostuvo que “creemos que al estar por cláusula en el contrato están más obligados a cumplir, pero esto solo lo sabremos con el tiempo”.

Las partes hicieron las paces en un encuentro por más de tres horas realizado ayer tarde en desde las 15, en el Nodo turístico de Pismanta, en iglesia. Asistieron representantes de los proveedores mineros de CAPRESMI, Tierra Minera y CAISMI de Iglesia, y de la Cámara de Servicios Mineros de Jáchal. De la empresa estuvo presente Ivan Grgic, Gerente de Relaciones Comunitarias y Mariano Archilla, Superintendente de Desarrollo de Contenido Local. El Ministerio de Minería que cumplió el papel de mediador, estuvo representado por el Director de Desarrollo Minero Sustentable, Juan Manuel Pinto, la Directora de Fiscalización y Control Lucía Maurín, y Susana Figueroa, representante de la Secretaría de Minería de la Nación.

El estallido del conflicto

  • El 14 de junio pasado Tiempo de San Juan anticipó el conflicto que suscitó la primera licitación del año de catering y limpieza para el proyecto Josemaría, que lleva adelante la subsidiaria de Lundin, Deprominsa. Como ocurrió hace un año con licitaciones anteriores, el descontento de los proveedores iglesianos estalló al no ser informados de la licitación de catering y limpieza del futuro campamento de Josemaría. Ellos interpretan que esa acción los deja fuera de eventuales subcontrataciones en los contratos a los que solo pueden llegar las grandes firmas de la provincia. El malestar es que siendo empresa chicas que están ubicadas en la zona núcleo de influencia del proyecto minero -denominada Zona 1-, no participan del derrame económico de la minería.
  • El descontento lo hizo público la Cámara de prestadores mineros de Iglesia, CAPRESMI, y ante la queja; lograron que el Ministerio de Minería tomara cartas en el asunto: hizo una reunión el 23 de junio en sus oficinas del centro Cívico, con autoridades de la minera. En el transcurso del encuentro los proveedores del norte sanjuanino reiteraron a la empresa que necesitan ser convocados en las primeras etapas de los procesos licitatorios para poder hacer conocer a los oferentes los productos y servicios que ofrecen desde esos dos departamentos. La empresa realiza esta instancia una vez elegido al ganador, algo que es rechazado por los proveedores. El ministro Astudillo les pidió entonces a los ejecutivos del proyecto minero iglesiano que buscaran una solución al conflicto y que las inversiones incluyan a los proveedores más pequeños.

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