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Mientras el sector privado advierte por algunas señales de alerta en el último trimestre, Sergio Massa reconoce su preocupación por el poco nivel de crédito y prepara medidas para evitar un estancamiento del consumo en los meses venideros. El ministro de Economía entiende que los objetivos de sus primeros meses de gestión, generar un escenario de orden fiscal y baja de la inflación, se cumplieron exitosamente. De hecho, está seguro de que el índice de suba de precios que esta semana revelará el Indec mostrará una cifra cercana al 5% como el de noviembre y de que en marzo próximo tendrá un 3 adelante.

Con esta dimensión aparentemente encaminada, Massa comienza ahora a atender otra cuestión clave: procurar que el año electoral no sea también un tiempo de caída del consumo y la actividad, luego de algunos indicios inquietantes. Lo que desvela especialmente al titular del Palacio de Hacienda es la falta de capacidad de endeudamiento de las familias. «Un desafío que me parece importante recorrer (…) es el de ampliar la capacidad de crédito», tanto de la población como de las empresas, admitió al ser entrevistado por Perfil el último domingo.

En este escenario, Massa prepara una serie de medidas destinadas a evitar que el consumo y la actividad se estanquen o incluso desciendan. Aunque hasta ahora en Economía no quieren dar ningún detalle al respecto, la intención, según pudo saber El Destape, es lanzarlas durante enero.

De cualquier modo, el propio ministro dio quizás una pista de su contenido cuando destacó que el «cambio del régimen de crédito» que se produjo con el regreso de los celulares al plan Ahora 12, en diciembre pasado, permitió que las ventas de este rubro crecieran un 40% sin tener en cuenta los regalos por las fiestas.

El nivel del consumo

La preocupación de Massa tiene bases concretas. Un informe de la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (ATACYC) de fines de diciembre dio cuenta de que en los últimos cuatro años los bancos dieron de baja 3,7 millones de tarjetas de crédito (un 17% del total), casi todas entre los sectores medios y bajos.

No es el único dato. En octubre, las ventas en los supermercados cayeron un 0,7% en el registro intermensual desestacionalizado, según mostró el Indec, lo que puede evidenciar una caída en el poder adquisitivo de los sectores medios, que son lo que concurren a las grandes cadenas.

Más allá de los números concretos, los signos de alarma también llegan desde algunos rubros específicos del sector privado. Por ejemplo, la Cámara de la Industria Óptica y Afines (Cadioa) señaló a El Destape que se nota «una disminución en el consumo que comenzó a mediados de octubre» y que se debe «principalmente a la falta de crédito» y la desaparición de las cuotas en las tarjetas.

Lo mismo señalaron en el sector textil. «Cayeron las ventas desde el Día de la Madre hasta fin de año», precisó al respecto Horacio Moschetto, secretario General de la Cámara de Calzado. Desde la Cámara del Suéter, en esa línea, también vislumbraron «una caída bastante importante en el volumen de ventas» durante el último cuatrimestre.

«Notamos una cierta desaceleración comparando el segundo semestre de 2022 contra el segundo semestre de 2021» que se percibe sobre todo a nivel minorista, estimó por su parte Rubén Pallone, presidente de la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero y Afines (Cima).

Por fuera del sector textil, que fue el de más aumento de precios durante 2022, los comerciantes minoristas también perciben un escenario de caída del consumo «durante los últimos cinco meses», según precisó a El Destape el vocero de la CAMESalvador Femenía.

Los signos positivos

Pese a estas señales preocupantes, el optimismo oficial radica en algunos signos positivos que también comenzaron a percibirse en las últimas semanas. La misma CAME entiende que con el aquietamiento de la inflación en noviembre y diciembre se percibe «un clima diferente». De hecho, el último informe de las ventas minoristas hecho por esta entidad muestra una suba del 6,1% intermensual el mes pasado. 

Dentro del universo pyme, el titular de CGERAMarcelo Fernández, también realizó un pronóstico esperanzador al considerar que «se venía produciendo bien hasta fin de año y tenemos la expectativa de producir bien este 2023».

Además, en paralelo a la caída de las tarjetas de crédito bancarias, comenzó a registrarse un aumento en la cantidad de personas con acceso a créditos no financieros hacia mediados de 2022, alcanzando un récord de 9,7 millones de personas en junio, según datos del Banco Central.

También Precios Justos parece haber tenido un impacto positivo más allá de la inflación, ya que un informe de la consultora Scentia precisó que las ventas de los supermercados crecieron un 0,7% interanual en noviembre luego de dos meses de caídas consecutivas.

Por último, el salario real, que en octubre pasado había caído a su nivel más bajo en los últimos 16 años tras un trimestre de aceleración inflacionaria, terminó el semestre recuperando 2,9 puntos porcentuales de los 5 que perdió durante la pandemia, destacó el propio Massa.

 

fuente: el destape

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