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La línea eléctrica a la mina iglesiana Josemaría requerirá una inversión de U$D 200 millones y los trabajos empezarán en el primer semestre de 2023. Así lo confirmaron desde la empresa a DIARIO HUARPE en una nota exclusiva, donde explicaron por primera vez los detalles del proyecto.

La línea de alta es la primera obra de las que encarará la empresa que tiene fecha. Para empezar la instalación deberán trabajar también en el camino hasta el campamento y está previsto que en los próximos meses inicie la instalación del centro de operaciones en Albardón. Cuando estas tres obras y la del campamento estén en su punto máximo, desde Josemaría anticipan un pico de contratación de entre 8.000 y 10.000 personas.

La conexión eléctrica de la mina es uno de los mayores desafíos para montar la mina. Será un tendido de cerca de 270km y capacidad de 500kV que llegará al campamento, explicó a este medio Adriel Rizzato, ingeniero eléctrico senior de la compañía. La mina requerirá una potencia de 270MW con picos de hasta 320MW. Este consumo equivale al de toda la provincia y en la actualidad a las inmediaciones de la mina no llega ninguna línea y mucho menos con la capacidad requerida. La red de alta tensión de San Juan solo alcanza la localidad de Rodeo. Hacia el norte existe un desierto energético.

Para la infraestructura provincial puede ser un antes y un después. San Juan tenía proyectada una línea de 500kV entre Rodeo y La Rioja, para cerrar el circuito del El Sistema Argentino de Interconexión (SADI) para conectarse al norte como lo hizo al sur con la línea de 500kV a Mendoza. Hay una serie de proyectos que tenían esto previsto, pero hasta el momento no había financiamiento para realizarlo. La línea para la mina coincide en parte con estos planes, pero llega mucho más al norte de lo que estaba previsto.

A esto se suman al menos dos posibles polos de generación de energías verdes. Por un lado podría poner en marcha el proyecto hidroeléctrico La Palca. Pero además, en todo el norte de Iglesia el potencial de generación fotovoltaica es muy alto, pero se encuentra desaprovechado debido a que no hay infraestrucutra. A su vez beneficiará una zona de interés minero, ya que en toda esa región hay varios proyectos.

En total la empresa estima gastar alrededor de 200 millones de dólares, la mayoría será en el tendido de la línea desde la ET Rodeo al ingreso del campamento. Pero un porcentaje irá a la actual infraestructura sanjuanina. Es que la provincia tiene dos tramos de línea con capacidad de 500kV, uno que conecta Mendoza con la ET Nueva San Juan y otro de esta última hasta Rodeo. Pero solo el primer sector está funcionando con esta tensión, ya que el segundo por ahora traslada 132kV debido a que la provincia hasta el momento no pudo afrontar el gasto. El equipamiento para sacarle el provecho a la línea cuesta alrededor de U$D 10 millones y es necesario cambiar las dos estaciones transformadoras en las puntas del ramal San Juan – Rodeo.

La empresa se encuentra trabajando con instituciones provinciales y nacionales para lograr las autorizaciones necesarias y avanzar con el proyecto. A nivel local, discuten con el EPRE, el EPSE y el CAF, que es la comisión del fondo fiduciario creado para este tipo de instalaciones eléctricas. Desde la firma aseguran que buscan alianzas estratégicas “para darle utilidad” a esta inversión. Esto podría significar una puerta abierta a dialogar un posible descuento de regalías, una puerta que quedó abierta recientemente luego de que cambiaron el artículo de la ley que regula este canon que prohibía esta mecánica con obras eléctricas.

A su vez, debe conseguir el aval nacional de Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.), el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad) y Transener (Compañía de Transporte de Energía Eléctrica en Alta Tensión Transener S.A). Es que la línea, una vez esté construida, pasará a quedar bajo la gestión de este último organismo, esto quiere decir que no será de uso solo para la empresa, sino que pasará a integrar el sistema nacional.

Pero estas no son las únicas autorizaciones que debe conseguir. Hoy el proyecto se encuentra en la instancia de “ingeniería conceptual”, similar a una primera versión técnica. Antes de empezar la construcción, la empresa debe redactar un manifiesto de impacto ambiental y conseguir la aprobación de la misma que tramita la Secretaría de Ambiente. Desde Josemaría Resoruces iniciaron el trabajo de difusión en las comunidades con una serie de charlas.

Los equipos técnicos también trabajaron en estudios del trazado, que bordeará la Reserva San Guillermo para no afectarla. Según Josemaría, tuvieron en cuenta tanto el impacto ambiental, arqueológico y paleontológico. Durante el estudio previo al proyecto descubrieron zonas con pinturas rupestres, restos del camino del Inca y hasta restos paleontológicos. La empresa compró un scanner para poder analizar las huellas de dinosaurios de la zona y se comprometieron a evitar las zonas donde hallaron restos para no impactar. También, aseguran, planearon que en las zonas de mayor potencial turístico la línea esté en los lugares menos visibles.

fuente: diario huarpe

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