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Unos seis millones de argentinos deberán hacer un nuevo esfuerzo con sus bolsillos si pretenden que la atención de su salud siga a cargo de una empresa de medicina prepaga. Es porque el Gobierno acaba de dar el visto bueno para que las cuotas sufran un nuevo incremento. Los afiliados ya comenzaron a recibir las cartas con la amarga novedad.

Todavía no se publicó en el Boletín Oficial la resolución que autorizará el incremento. De todas formas, en la Superintendencia de Servicios de Salud le confirmaron este lunes a Clarín que la decisión ya está tomada: se resolvió, según detallaron, permitir una suba del 7,5% para todas las compañías, que entrará en vigencia a partir del primer día de junio.

«Veníamos conversando con las autoridades sobre la necesidad del incremento y se llegó a un acuerdo para aplicarlo en junio, con la primera cuota de los aumentos salariales para los trabajadores de la salud. Esperamos ahora la resolución y algunas empresas ya empezaron a enviar los avisos a sus afiliados», contó Hugo Magonza, presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami), entidad que nuclea a más de 30 empresas del sector.

Miles de pacientes de Galeno, por caso, recibieron por correo electrónico un mensaje que avisa sobre un próximo «ajuste en los valores de las cuotas médicas», alegando «el impacto de los mayores costos médicos ya incurridos hasta la fecha, que justifican la necesidad del aumento». «Por dicha razón, el organismo de contralor ha dispuesto un aumento del 7,5% a partir del próximo 1° de junio», sigue la carta, que lleva la fecha de este lunes.

Las cuotas de las prepagas habían subido por última vez un 4% en febrero. Durante 2017, en tanto, los planes habían tenido ajustes acumulativos en diciembre (6%), septiembre (5%), agosto (5%), julio (6%) y febrero (6%).

Así, el nuevo incremento será el segundo en lo que va de este año y el sexto de los últimos 12 meses. Los precios de los planes, en tanto, quedarán un 11,8% más caros que en enero y un 38,5% más costosos que un año atrás, calculó Clarín. Números bastante superiores a la inflación general, que ronda el 25% interanual.

Así, si un joven soltero de unos 30 años pagaba $ 2.033 en junio de 2017 por un plan médico básico de una prepaga de primera línea, con el nuevo aumento anunciado el valor le llegará a $ 2.815. Un matrimonio con dos hijos menores, en tanto, pasará a tener pagos que oscilan entre los $ 8.000 y los $ 11.000, según los alcances de la cobertura.

«Los pacientes viven cada vez más años y se nos obliga a cubrirles tratamientos nuevos de alto costo. Eso eleva en todo el mundo los costos de la salud más que la inflación general. Acá se sumó a eso el impacto de la devaluación en insumos y equipos, los fuertes aumentos en las tarifas de luz y gas para los centros médicos y una paritaria que no va a cerrarse en menos del 15% con cláusula gatillo para los empleados del sector», justificó Magonza.

Sin embargo, Sandra González, de la asociación de usuarios Adecua, se manifestó en desacuerdo con la forma en que se aprueban estos aumentos. «Se les permite a todas las prepagas el mismo porcentaje. ¿Pero todas tienen igual estructura de ingresos y gastos? ¿Da igual que sea una gran empresa o una pequeña cooperativa de salud? Están cartelizadas y el Gobierno lo permite», protestó. También consideró «absolutamente ilegal» que las firmas ya estén avisando sobre una suba que aún no fue oficializada.

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