La presidenta de la Fundación Difunta Correa agregó que también los tutores de los árboles que plantaron recientemente, en el marco del plan de forestación que incluye la plantación de 1.000 ejemplares, son blanco de este vandalismo. Dijo que arrancan o quiebran los palos que cumplen esta función para hacer o avivar el fuego para el asado. «Acá sobra la leña de tusca seca que se puede usar con estos fines, pero parece que les es más cómodo recurrir a los tutores. Lo peor es que muchos los arrancan con árbol y todo. Por mes llegamos a reponer hasta 100 tutores. La verdad que no damos abasto ni sabemos qué hacer para frenar esto».

Lepez contó que estos ataques suelen darse especialmente en la noche, luego de que el personal de mantenimiento del oratorio ya se retira. Aunque también se dan a plena luz del día. Sostuvo que los empleados de la Fundación recorren permanentemente el predio para detectar estas situaciones vandálicas, aunque no pueden hacer demasiado. «Muchas veces el personal le comunica a la gente que no se puede hacer fuego al lado del tronco de los árboles y le pide que lo apague, pero a cambio recibe insultos y hasta reacciones violentas», dijo.

Lepez agregó que en el paraje hay un puesto de la Policía Rural cuyos efectivos realizan rondas permanentes por el predio para frenar el vandalismo, pero que no siempre da resultado por las dimensiones del lugar. «Contamos con 27 personas que se rotan para realizar las tareas de limpieza y mantenimiento del paraje, y que trabajan de 8 a 20. Y la Fundación no cuenta con recursos económicos para contratar a más gente para implementar un turno nocturno. Por eso sólo nos queda apelar a la conciencia de la gente. Por las redes sociales difundimos las imágenes de los ataques vandálicos para que se conozca esta situación y para que las buenas personas que visitan el oratorio nos ayuden a controlar que no dañen el arbolado ni las instalaciones», concluyó Lepez.