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Durante la tarde del miércoles, M.B.P.P visitó a Emilio Mario Ale, su concubino, en el Hospital Mi Pueblo de Florencio Varela. Ale provenía de la Unidad Nº23 del Servicio Penitenciario Bonaerense, la cárcel de la zona. Con 46 años de edad, Ale ya había pasado casi dos años en el sistema de cárceles provincial, luego de ser detenido en abril de 2016 por los delitos de asociación ilícita y robo en banda, con un expediente a cargo del Juzgado Nº 1 de La Plata. Había sido trasladado ayer al Hospital por dos penitenciarios, con un aparente malestar.

M.B.P.P, de 34 años, acompañada de una amiga, llevó dos botellas de gaseosa de 600 centímetros cúbicos en su visita. La primera, una ‘Paso de los Toros’, fue para su pareja en cama. La segunda, una ‘Sprite’, un obsequio para dos penitenciarios de guardia en el pasillo del hospital. Los penitenciarios bebieron la Sprite: ningún problema. Ale bebió la Paso de los Toros y le convidó un poco a un tercer penitenciario que lo vigilaba en la habitación.

Esta vez, sí hubo un problema. Tanto el preso como el penitenciario comenzaron a experimentar fuertes convulsiones poco después. Terminaron en terapia intensiva con pronóstico reservado. Alguien había puesto algo en su bebida. La única sospechosa hasta el momento: su concubina.

Hoy por la mañana, según confirmaron fuentes de la investigación a Infobae, personal de la DDI de Quilmes aprehendió a M.B.P.P así como la amiga que la acompañaba. La calificación: intento de homicidio agravado por vínculo. La casa de la mujer de Ale fue allanada. Se encontró Hor-Tal, un pesticida usado para controlar plagas de insectos en jardinería y un envase de líquido para frenos que fueron enviados a la Asesoría Pericial de Quilmes.

El caso quedó en manos del fiscal Marcelo Selier. Los resultados de pericias toxicológicas a Ale y al penitenciario que lo acompañaba todavía se aguardan. No se conoce el móvil del ataque, si es que realmente M.B.P.P envenenó a su marido. Si existe una situación de violencia de género en la pareja es algo que se desconoce también. Un investigador asevera: «Si pasa algo, tiene que surgir en la indagatoria.»

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