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Por disposición judicial, fueron enviadas a Buenos Aires muestras de la carne secuestrada a Marcial Gil (46) para que sean analizadas, con el objetivo de determinar si es o no de caballo. Cabe recordar que el hombre, hermano del exintendente caucetero Julián Gil, es quien había montado en Caucete una carnicería clandestina en la que vendía carne de dudosa procedencia y en condiciones irregulares.

¿Por qué interesa saber si la carne secuestrada es de caballo? Principalmente porque Marcial Gil está sospechado de tener vinculación con los robos y faenas de caballos en zonas rurales de la provincia, señalaron los voceros.

El acusado se encuentra en libertad. Había sido apresado el viernes 5 de este mes, cuando la Policía lo allanó en Caucete y descubrió que había montado una carnicería ilegal y le secuestró dos armas de fuego. Gil había sido detenido por el hallazgo de esas dos armas, una escopeta calibre 16 y un rifle calibre 22, por las que se le inició una causa en el fuero de Flagrancia cuyo juicio será el próximo jueves. Tras la primera audiencia en ese fuero, el lunes 8, se le otorgó la libertad.

Pero la causa abierta en Flagrancia no es la única acusación a la que se enfrenta el hermano del exintendente. La jueza de Paz de Caucete, Luciana Salvá, lo tiene en la mira por la carnicería clandestina que montó en el predio donde hay un hotel alojamiento en construcción, en La Plata y Rastreador Calívar (frente a la Bodega Arenas).

Unos 430 kilos de carne de dudosa procedencia, balanzas, ganchos, freezers, máquinas moledoras, bolsas y otros elementos de carnicería le secuestraron al hombre ese día.

Los pesquisas de la Policía Rural tenían el nombre de Marcial Gil entre ceja y ceja por presunto cuatrerismo. Cerca del mediodía de ese día, los investigadores se apostaron en las inmediaciones donde funcionaba la supuesta carnicería clandestina y la primera certeza llegó cuando interceptaron allí cerca el auto Renault 9 de un hombre que dijo ser de Rawson y que admitió que había salido del «local» de Gil. En el baúl, sin ninguna medida sanitaria, llevaba aproximadamente 70 kilogramos de carne que, según explicó, le habían vendido en ese lugar sin entregarle ningún comprobante o factura. Para peor, el hombre rawsino reveló a los pesquisas que la carne no era de vaca, sino de caballo, y les dijo que luego era mezclada con grasa y vendida a puestos de comida callejera.

Cuando los policías irrumpieron en el «local» estaba Marcial Gil con sus dos hijos mayores de edad. El hermano del exintendente nada pudo decir para justificar tremenda actividad ilegal. Según fuentes judiciales, además de que el comercio no está declarado ni inscripto como corresponde, no contaba con medidas de seguridad ni mucho menos sanitarias.

Los aproximadamente 430 kilos de carne estaban congelados en varios freezers. Personal especializado en bromatología no pudo especificar si se trataba de carne de caballo, por lo que fueron enviadas muestras a Buenos Aires, en un operativo en el que interviene el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

La hipótesis de los investigadores es que hasta ese local llegaban comerciantes de casi toda la provincia, indicaron. Y que Gil faenaba los animales y les vendía la carne.

 

fuente: diario de cuyo

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