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El pueblo Huarpe se prepara. Este sábado realizarán un festejo ancestral, la celebración del año nuevo Huarpe, la cual se extenderá hasta la mañana del domingo. En ella, el fuego es lo que los reunirá durante horas en el paraje El Junquillal, que se encuentra en El Encón, en el conocido punto tripartito entre San Juan, San Luis y Mendoza. Justamente, eligieron ese punto porque la organización Pinkanta, a cargo de la celebración, está compuesta por integrantes de las tres provincias.

“Lo que celebramos en esta fecha es una recuperación de la cultura huarpe”, explicóuno de los integrantes de Pinkanta, Franco Gil.

¿Y por qué agosto? Porque, según esta organización, a fines de este mes se da un cambio en la naturaleza. “Viene el canto de los coyoyos que marcan el cambio del tiempo, llegan los vientos y eso es muy importante porque nos guiamos por los hechos de la naturaleza como el canto de un animal o el brote de las plantas”, contó Gil.

La ceremonia comenzará este 27 de agosto con la caída del sol, horario en el que prenderán una fogata, con la cual iniciarán a despedir el año que se va, dejando allí todo lo viejo. Con la fogata se encargarán de agradecer lo que ese lapso dejó y, también, hacer ofrendas y pedidos para el nuevo año que se viene. Aunque, en realidad, ellos ven los años como ciclos, por lo que este sábado se cerrará uno y comenzará otro.

El ritual lo guiará el Omta, el guía espiritual de la organización. El mismo es el encargado de marcar la temática de la ceremonia de cada año, porque en cada ciclo es una distinta. La misma varía en torno a los pedidos que el Omta considere necesarios, por ejemplo, puede pedir por los ancianos, los jóvenes, los ancestros, entre otros.

Todo esto durará alrededor de tres horas. Una vez que se realizan los pedidos para el nuevo ciclo, toman la palabra los ancianos, los jóvenes y aquel que quiera hacerlo. En todo momento tratan de usar los distintos elementos de la naturaleza.

Además, hay cantos, bailes y se comparten comidas autóctonas, siempre cuidando que no se apague el fuego en ningún momento, porque es fundamental que permanezca encendido hasta la salida del sol del domingo.

“Siempre se está cuidando el fuego, hay guardianes específicos que se encargan de reavivarlo para que no se apague”, comentó el integrante de Pinkanta.

Recuperar Lo Que Se Iba Perdiendo

Franco Gil tiene 33 años, es el representante de las comunidades de San Juan en el Consejo de Participación Indígena. El hombre es inetgrante de Pinkanta y ser parte de la comunidad le ayudó a entender quién es, sus orígenes y su propósito en la vida.

Franco creció y vivió en Caucete. “Me eduqué y me crié en un mundo que me decía que los pueblos originarios no existían, en la escuela me decían eso, pero cuando iba al campo a ver a mi familia veía que todo eso seguía existiendo”, contó.

Fue en su adolescencia cuando entendió que los pueblos originarios aún existían y que con los relatos que se difundían lo que hacían era invisibilizarlos. Desde ahí, comenzó a sumarse a las ceremonias, eventos y a tener un rol más activo en la comunidad.

“Más o menos desde el año 2000 se comenzó a recuperar la cultura, a retomar el año nuevo huarpe con más fuerza y con visibilización, porque antes estaba oculto”, dijo Gil.

Gil trabaja con empeño en su pueblo. Cree que se deben combinar las costumbres ancestrales con las herramientas de la actualidad para generar trabajo, arraigo y producción. Y eso es lo que trata de hacer. Ya logró parte de ello debido a que crearon una cooperativa de trabajo que elabora alfajores de algarroba para revalorizar este fruto autóctono.  Además, está trabajando para desarrollar un proyecto sobre la producción de forraje hidropónico y otro sobre la medicina indígena.

 

fuente: diario huarpe

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