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El desplome de la construcción se profundizó en marzo, cuando el sector cayó un 42%, según reveló el Indec el último miércoles. Pero, por si eso fuera poco, lo más grave del panorama es que la crisis ya no alcanza solo a la obra pública, paralizada desde diciembre, sino ahora también al sector privado, según advierte la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO).

El organismo estadístico oficial mostró que la construcción cayó un 42,2% interanual en marzo de 2024 a comparación con el mismo mes de 2023, en la quinta baja interanual consecutiva de la serie, a partir de octubre pasado.

La baja estrepitosa se produjo en todos los insumos, con un mínimo del 24% en «pinturas» y un máximo del 69% en «asfalto». La categoría «cemento portland», uno de los mejores indicadores de la actividad, bajó un 43,1%, casi igual que el sector en general.

Más allá del arrastre previo, producto de la recesión del final del gobierno peronista, el derrumbe fuerte del sector, en el orden de los dos dígitos, comenzó en diciembre, cuando la construcción cayó un 12,2%. Desde allí no paró de profundizarse. El desplome fue del 21,8% en enero y del 24,6% en febrero, para llegar finalmente al superar el 40% en marzo.

Esto se comprueba en el índice intermensual desestacionalizado del propio Indec. En este registro, las caídas iniciaron en agosto de 2023, para alcanzar en marzo ocho bajas consecutivas. Pero, análogamente, el derrumbe de dos dígitos también se inició en diciembre.

Como es sabido, lo que ocurrió fue que ese mes Javier Milei resolvió paralizar toda la obra pública nacional que no estuviese a punto de ser finalizada, propinando el primer gran golpe al sector. Pero iniciado marzo comenzó a verse un segundo golpe, ya como parte de la caída de la actividad macroeconómica en general.

Se trata del desplome de la construcción privada, que se refleja en el derrumbe de 14 puntos intermensual entre febrero y marzo. «El panorama de la caída se debe a dos motivos centrales: la obra pública nacional paralizada y que la construcción y refacción de viviendas unifamiliares ha caído totalmente«, lo sintetizó Gustavo Weiss, titular de CAMARCO, en diálogo con El Destape.

Weiss explicó que, a su vez, esta caída en la construcción privada familiar se debe también a dos motivos. «Por un lado, la gente tiene menos disponibilidad de dinero para invertir en ese tipo de refacciones o construcciones». Por el otro, «la brecha dólar-peso, para aquellos que tienen dólar, disminuyó mucho respecto al costo de la construcción y eso hace que también ese segmento esté muy tranquilo».

En otras palabras, dado que la construcción es un bien durable que se financia con ahorros, el atraso del dólar perjudica directamente al sector. Un elemento a sopesar cuando Javier Milei destaca que las jubilaciones crecieron en el período medidas en la divisa norteamericana. En verdad, lo que cuenta es el poder adquisitivo real, que cayó en ambos casos, al igual que en toda la economía.

Pese a que el índice del Indec solo llega hasta marzo, Weiss anticipa: «No creemos que cambie nada en los próximos meses. Creemos que esta situación se va a mantener». En titular de CAMARCO también da por sentado que la obra pública no se va a reactivar este año, pese a los pedidos de los gobernadores al Poder Ejecutivo Nacional en el marco de las negociaciones por la Ley Bases.

El correlato de este panorama no es otro que una inmensa cantidad de despidos en el sector, tras un pico de más de 600.000 puestos alcanzados a mediados de 2023. Mientras que el Indec únicamente reconoce unos 21.000 puestos menos entre diciembre y febrero (el índice todavía no llega a marzo), Weiss advierte que «los puestos de trabajo perdidos son 100.000». En febrero pasado, la UOCRA había precisado que la reducción del sector alcanzó a 50.000 trabajadores de forma directa, y unos 100.000 de manera indirecta.

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