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A partir de una profunda limpieza y organización que se emprendió durante las fases de encierro en la pandemia, el paraje Difunta Correa comenzó a recibir al visitante y/o turista con visitas guiadas gratuitas por el santuario.

Ahora, durante estos recorridos, quienes llegan hasta el lugar tienen la posibilidad de ingresar a los nuevos depósitos que albergan y exhiben las miles de donaciones recibidas como motos, instrumentos musicales y bicicletas.

No es extraño ver lágrimas de emoción cuando un promesante se reencuentra con su exvoto donado hace años, o con el recuerdo de algún familiar ya fallecido.

Esto es posible gracias a la nueva política de donaciones generada por la Fundación Difunta Correa, que administra el paraje de la mano del Ministerio de Turismo y Cultura. Así, desde el año 2020 se decidió abrir estos espacios para que se pueda apreciar el trabajo que realiza un gran equipo de personas que recibe, clasifica, almacena y cuida los exvotos.

Esta iniciativa apunta a mejorar la transparencia en la gestión administrativa y legal de las muestras de fe a la Difunta Correa. También se enfoca en garantizar la trazabilidad que permita al promesante saber qué camino siguió su donación. Para eso, se implementó el Registro de Donaciones, donde se asientan los datos del donante, su historia de fe y su ofrenda.

Otro de los objetivos de esta acción es velar por la conservación de las donaciones en depósitos diferenciados, con procedimientos específicos, para así permitir la correcta exhibición del patrimonio museístico al visitante.

Las donaciones

En cuanto a la clasificación, las donaciones se dividen en Reutilizables, Simbólicas y de Bienes de Valor. De esta manera, entre las Reutilizables se encuentra elementos como el agua, los materiales de construcción, máquinas de coser, alimentos, ropa y abrigo, pelo, ortopedia e instrumentos musicales, que utilizan el mantenimiento del paraje o se donan o entregan en comodato a diferentes instituciones de Vallecito y a otras que trabajan con personas en situación de vulnerabilidad. Además, las botellas de plástico se envían para ser recicladas en la planta de tratamiento de Caucete.

Las donaciones simbólicas abarcan desde vestidos de novia a uniformes varios, vajillas, juguetes, trofeos, fotografías, títulos y maquetas de camiones y casitas, las que de acuerdo a su durabilidad, se distribuyen en el Cuadro de Capillas y el Museo de la Fe para su exhibición.

Por su parte, las donaciones de Bienes de Valor incluyen bicicletas, autos, motos, alhajas y dinero. En este caso, las movilidades se utilizan, por lo general, para tareas de mantenimiento, o se monetizan para invertir en la infraestructura del paraje. Aquellos vehículos cuyo valor histórico supera su valor económico se exhiben en el museo y depósitos.

El dinero cubre los costos de mantenimiento y limpieza de 20 hectáreas que incluyen espacios como el hotel, camping, galería comercial, santuario, iglesia, museo y depósitos.

Cabe destacar que también están disponibles los préstamos en comodato de bicicletas y máquinas de coser a vecinos y vecinas de Vallecito, organizados en emprendimientos productivos comunitarios.

Respecto a las cenizas humanas, se está trabajando en un proyecto de cementerio parque, donde un bosque de algarrobos albergará urnas biodegradables. El denominado “Jardín Sagrado”, responde al deseo o promesa de pasar la eternidad junto a Deolinda, una práctica que se lleva a cabo informalmente desde siempre en el santuario.

Cada donación tiene un valor simbólico mucho más alto que su valor económico y constituye uno de los mayores patrimonios culturales del paraje. La Fundación Difunta Correa busca que el desarrollo sustentable del paraje sea posible gracias a la solidaridad del promesante. Una gran cadena de favores y agradecimiento al amor de una madre valiente.

Fuente: Prensa Ministerio de Turismo y Cultura

Fuente: DLPSJ

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