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«La he pasado muy mal estando en el calabozo, sabiendo que soy inocente», dijo Fabricio Pérez (37), el portero de la Escuela Chirapozú de Caucete acusado de manosear a una alumna de 9 años, tras recuperar la libertad. «Sólo espero que se haga justicia y se determine que soy inocente como lo dije y lo demostré desde el primero momento», agregó. Pérez estaba detenido desde el 13 de mayo último. El pasado lunes el juez de Garantías Diego Sánz ordenó la excarcelación, solicitada por los defensores Néstor Roly Olivera y Marcelo Sández Luján. Así, se opuso al planteo del fiscal Duilio Ejarque (UFI Anivi), que pretendía que se extendiera la prisión preventiva hasta la llegada del juicio. «No es fácil dar explicaciones en la familia, pero he tenido todo el apoyo de ellos porque saben que soy inocente. He sufrido mucho y aún seguimos sufriendo porque me metieron preso por algo que no hice», expresó el imputado. Y afirmó que pese a que ahora puede salir (tenía domiciliaria), decidió seguir estando en su casa «para evitar cualquier inconveniente y por respeto a todos».

En esta última audiencia y también en la anterior los defensores cruzaron con dureza al fiscal al plantear su «deslealtad», aduciendo que en varias de sus intervenciones faltó a la verdad. Por otro lado, para pedir la libertad se basaron en la buena predisposición de su cliente para someterse al proceso, dejando en claro que no se fugará ni entorpecerá la investigación. De todas formas el juez ordenó una serie de medidas a cumplir, como la prohibición de contactarse por cualquier vía con la familia de la presunta víctima.

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