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«Quiero que lo liberen ya porque él nunca ha maltratado ni le ha pegado a mi hijo». Eso pidió ayer Antonella Andrea Marín (28), madre del nene de 7 años quebrado presuntamente por su padrastro en Vallecito, Caucete. En diálogo con este diario, la mujer defendió a su pareja, quien actualmente se encuentra con prisión domiciliaria, acusado de darle una patada y causarle lesiones graves al niño. «Se ha caído jugando, lo mandé a acostar y se puso a jugar. Se cayó en la cama, estaba saltando y el colchón es tan finito que se cayó y golpeó el brazo con una madera», aseguró. Según la acusación del fiscal de la UFI Cavig Eduardo Martínez, la víctima tenía lesiones en las mejillas, un hematoma en el brazo izquierdo y una fractura en la cabeza del radio, en la zona del codo.

Eso fue descubierto el jueves 14 de este mes, cuando Marín asistió con su hijo al centro de salud de Vallecito porque el menor tenía dolor en el codo. Según la denuncia que radicó un trabajador social, un médico lo examinó, diagnosticó una luxación con un hematoma y solicitó una ambulancia para que lo trasladaran al hospital departamental César Aguilar. En eso que esperaban, Marín salió a buscar a sus otros dos hijos y en ese ínterin en el que el nene quedó solo en el centro de salud, fue cuando reveló supuestos ataques. Para peor, los profesionales descubrieron que el niño había sufrido la quebradura unas 96 horas antes de que lo llevaran a atenderse, por lo que su brazo se encontraba «trabado».

«El accidente fue el martes (12), pero ese día no lo llevamos porque acá a la Difunta viene recién el día jueves el médico. Y al hospital no lo pudimos llevar porque económicamente no estamos bien», excusó la madre. Y agregó: «Le pusimos una crema y le dimos un ibuprofeno. Durmió toda la noche, al otro día se levantó, lo bañé y me decía que le dolía el brazo, le di otra vez ibuprofeno y le dije que si le seguía doliendo al otro día lo llevaba a la sala». Fue así que el jueves llegó con el nene al centro de salud, donde denunció que su hijo «fue manipulado». «Lo confundieron, el niño se asustó y dijo cualquier cosa. Ahora toda la culpa se la echan a mi marido y es injusto porque un niño se puede accidentar en cualquier lado. Yo jamás permití que le ponga una mano encima a ninguno de mis hijos ni al que tengo con él tampoco», explicó.

El sospechoso se llama Jonathan Mercado (31). El lunes pasado el juez de Garantías Eugenio Barbera le aplicó 15 días de detención domiciliaria a cumplir en la vivienda de la abuela, con controles policiales, y le prohibió durante un mes todo tipo de contacto hacia su pareja y su hijastro. «No puedo hablar con él, pero me enteré que está muy mal emocionalmente y con miedo de que pueda pasar al Penal. Me han contado que llora mucho y que extraña a los niños», expresó Marín. Mercado ese día de la audiencia declaró que su hijo se accidentó cuando él estaba trabajando (cumple tareas en los baños del paraje Difunta Correa). Su pareja agregó que ese día «entró a las 8 y salió a las 12 de la noche, y el accidente fue a las 9.30, por ende no estaba en la casa». Por último, Marín se refirió a la condena que pesa sobre el hombre, aplicada el 23 de octubre de 2020 por un juez de Flagrancia que lo castigó con 10 meses de prisión condicional por un episodio de violencia de género contra ella. «No voy a mentir, he vivido violencia de género, pero una cachetada y hace muchísimo tiempo. De ahí empezamos a ir a la Iglesia y cambió muchísimo. Antes tomaba mucho alcohol, pero ya no», concluyó. La causa tendrá un paso crucial en estos días, cuando la víctima y un hermanito de 4 años sean entrevistados en Cámara Gesell, clave para saber la culpabilidad o inocencia del imputado.

 

fuente: diario de cuyo

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