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Una jovencita ratificó en el Anivi que el polémico exintendente de Caucete, Julián Gil, le tocó la cola una vez que coincidieron en la casa de su media hermana (supuesta examante del político) y él la abrazó, bajando su mano hasta sus zonas íntimas. También dijo que luego de ese episodio su media hermana le ofreció dinero para que no denunciara, dijeron fuentes judiciales.

La menor tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos, a los que ubicó con precisión de lugar, día y hora: el 20 de octubre del año pasado en la noche, indicaron.

A pesar de la declaración incriminatoria de la chica, Gil podrá enfrentar el proceso en libertad, pues el juez Benedicto Correa no vio impedimentos para concederle la eximisión de prisión, que había solicitado su abogado defensor Federico Petrignani, en el caso de que decidiera indagarlo, pues el delito que le atribuyen se supone que es excarcelable.

El juez esperará contar con el informe del psicólogo para saber si indaga o no al exintendente.

El relato de la niña, sin embargo, tuvo algunos condimentos que llevaron a confirmar también la presunta existencia de una trama con ribetes de «venganza política» (así la calificó Gil), como el hecho poco claro de que recién ahora se animara a denunciar, señalaron los voceros.

Pero además de esa dilación en el tiempo, hay otros elementos al menos polémicos entre Gil y el padre de la adolescente, que es también padre de la presunta examante del exjefe comunal caucetero.

Ese hombre está preso desde el 5 de noviembre pasado, sospechado de haber ultrajado y corrompido sexualmente a su hija (señalada en la presunta relación amorosa con Gil), y ya entonces apuntaba al exfuncionario como quien estaba detrás de la acusación en su contra.

El elemento político está definido también, porque ese hombre había sido funcionario en la cuestionada gestión pública de Gil.

Ahora, el propio exmandatario comunal salió a acusar a ese sujeto (no mencionado para preservar a sus hijas), acusándolo de «violador» y señalándolo como la persona que está detrás de la denuncia en su contra, de una manera «desmedida» por recurrir a su propia hija, «ensuciándola y mandándola a mentir contra una persona inocente», según consta en un mensaje en redes sociales que se le atribuye.

Luego de conocer el informe psicológico para saber si la jovencita mintió o no al adjudicarle a Gil un delito sexual, el juez y la fiscal Claudia Salica deberán decidir si cabe o no indagar al exintendente por abuso, que sería simple por la descripción aportada por la denunciante.

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