Las principales cadenas de supermercados decidieron no abonar a su personal el aumento salarial correspondiente al mes de abril, pactado con el sindicato de Comercio, bajo el argumento de que el Gobierno no homologó el acuerdo paritario.
El convenio, firmado entre el gremio y las cámaras CAC, CAME y Udeca, contemplaba un aumento escalonado del 5,4% en tres meses y tres sumas fijas para compensar la inflación del primer trimestre.
Desde el gremio que lidera Armando Cavalieri, uno de los pocos con línea directa con la Casa Rosada, enviaron cartas documento a las cámaras firmantes para exigir el cumplimiento del acuerdo, que incluía una cláusula por la cual las empresas se comprometían a abonar los aumentos aún sin homologación oficial.
Sin embargo, el artículo fue desestimado por los supermercados, que liquidaron los sueldos sin los incrementos acordados.
El conflicto agudiza la tensión entre el Gobierno y la CGT, que ya protagonizó un paro general en abril, y pone presión sobre Cavalieri, quien sostenía un vínculo dialoguista con la administración Milei. Incluso dentro del sector empresario hubo críticas a la decisión oficial: «El aumento acordado fue moderado y sensato. El problema lo tiene el Gobierno, que pide cosas imposibles”, cuestionó un dirigente del rubro.
El convenio, firmado entre el gremio y las cámaras CAC, CAME y Udeca, contemplaba un aumento escalonado del 5,4% en tres meses y tres sumas fijas para compensar la inflación del primer trimestre.
Desde el gremio que lidera Armando Cavalieri, uno de los pocos con línea directa con la Casa Rosada, enviaron cartas documento a las cámaras firmantes para exigir el cumplimiento del acuerdo, que incluía una cláusula por la cual las empresas se comprometían a abonar los aumentos aún sin homologación oficial.
Sin embargo, el artículo fue desestimado por los supermercados, que liquidaron los sueldos sin los incrementos acordados.
El conflicto agudiza la tensión entre el Gobierno y la CGT, que ya protagonizó un paro general en abril, y pone presión sobre Cavalieri, quien sostenía un vínculo dialoguista con la administración Milei. Incluso dentro del sector empresario hubo críticas a la decisión oficial: «El aumento acordado fue moderado y sensato. El problema lo tiene el Gobierno, que pide cosas imposibles”, cuestionó un dirigente del rubro.