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«Aprendí a manejar a los 11 años, le sacaba sin permiso una Ford F100 a mi papá y me iba por la finca a dar vueltas», comenta entre risas Carolina Tadini (41), la única mujer que actualmente maneja un colectivo de la empresa El Triunfo, la cual está integrada por más de 300 hombres. La experimentada chofer indica que la mujer al volante recibe tres veces más insultos que sus colegas varones porque el machismo todavía está instalado en las calles sanjuaninas. «Con mis compañeros no hay problemas más allá de una u otra broma, pero con los conductores en la calle sí hay insultos y mandadas a lavar los platos, o la típica frase: ¿qué hacés afuera de la cocina?».

Con 16 años de experiencia al frente de la unidad, Carolina recuerda que su incorporación fue en el año 2002, luego de un paro general de choferes de colectivo de la empresa 20 de Junio. «Me avisaron que estaban tomando gente porque los choferes no querían trabajar por la medida de fuerza y a mí me hacía falta trabajar porque tengo que mantener a mi hijo, así que fui, me probaron y a las dos semanas ya estaba trabajando», explica la alegre mamá de un varón de ocho años.

Cabe destacar que en San Juan sólo tres mujeres manejan colectivos entre todas las empresas y líneas. «Los insultos que recibimos son propios de una sociedad machista, yo trato de dejar eso de lado y tratar a todos con respeto, avisando los cambios de parada, ayudando a quien lo necesita, hablando respetuosamente cuando alguien de abajo te insulta hasta el hartazgo», explica la reconocida conductora de la línea 6B. Y agrega: «Cuando estuve embarazada trabajé hasta los ocho meses, y luego cuando tuve el bebé, lo mandé a una guardería del barrio Huazihul. Las chicas de ahí esperaban a que diera la última vuelta y me lo llevaban a la parada cerca de la guardería. Me lo subían y después de entregar la unidad me lo llevaba a mi casa. Ahora ya no se sube tanto, pero por ahí, mi papá y mi hijo se dan la última vuelta conmigo para acompañarme y volver a casa juntos».

Carolina siente que el machismo y la discriminación hacia la mujer ya no son iguales que hace 15 años. A su entender, actualmente las mujeres avanzan en los planos que normalmente fueron masculinos, enfrentando las cosas con paciencia, dedicación y respeto. «Yo amo manejar, siempre me gustó, ahora es mi fuente de trabajo, pero yo sobre el colectivo organizo, pienso, es mi paz, mi cable a tierra. Las mujeres deberíamos animarnos más y alcanzar cupos más grandes en estas empresas, debería rondar el 30%. Pero aunque cueste, de a poco lo vamos haciendo. Vamos luchando contra los agravios machistas y derrotando el pensamiento de que la mujer no puede realizar trabajos históricamente masculinos», asegura.

 

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