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La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó en un comunicado de su página web, el uso de edulcorantes –incluyendo la stevia– como productos para bajar de peso. En rigor, esto es correcto –-es un estudio de 2019– porque no es un adelgazante, per se. Habría que aclarar también que, si una persona que consumía mucha azúcar, dejara de hacerlo en favor del edulcorante, bajará un poco de peso: solo un poco y en la medida que en que siga comiendo el resto de los alimentos que antes, en la misma cantidad. Si come mucho, el solo hecho de consumir edulcorante, no le cambiará nada.

El problema está en el párrafo del comunicado que dice textualmente: “resultados de investigaciones sugieren también que podría haber un potencial efecto indeseado a largo plazo por el uso de endulzantes no azucarados, tales como aumento del riesgo de diabetes 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos”. Por un lado, esto no es más que una posibilidad, una hipótesis. Y en todo caso, una buena razón para reducir los edulcorantes consumidos en exceso, por las dudas.

Por otra parte, según la médica nutricionista Mónica Katz –Ex Presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición– esta información publicada, incluso en modo potencial, es arriesgada científicamente: “los estudios que están tomando como base, simplemente observan durante determinado tiempo a gente que ya tiene de antemano problemas cardiovasculares y diabetes, y que en ese momento están consumiendo edulcorantes; no hay un estudio de X personas que a lo largo de 10 años no consumen edulcorante y otras Y que sí lo consumen, para ver qué pasa y cruzar variables. Entonces utilizan lo que en metodología se llama causalidad reversa, confundiendo causa y efecto para difundir una falacia. A lo sumo esos datos son posibles indicios. Ese método no sirve para llegar a conclusiones. Por lo tanto, es muy arriesgado difundir esas informaciones. Porque me empiezan a llamar pacientes diabéticos a decirme que van a dejar el edulcorante a cambio de la miel porque es natural, creyendo que sería mejor para ellos. Esto me causa terror. Hay falta de evidencia para difundir esas cosas. ¿Que el edulcorante no adelgaza? Eso correcto, sí. Y punto. ¿Mejor no consumirlo en exceso? También es correcto. Pero eliminarlo, a priori, no. Y un diabético, menos aún. Nadie debe concluir hoy que el edulcorante está asociado a enfermedades como diabetes, problema de corazón o cáncer, eso es un delirio”.

Un punto central es que la grandísima mayoría de la población no va a renunciar a los dulces: si una persona elimina 100% los edulcorantes de su dieta, en algún momento va a regresar al azúcar, que sin dudas puede producir diabetes, problemas cardiovasculares y sobrepeso.

De hecho, el cuerpo pide glucosa –derivada del azúcar— porque la necesita. La mayoría de las personas consume exceso de azúcar, en distintos niveles. De acuerdo a estadísticas oficiales, cada argentino consume, en promedio, cuatro veces más de azúcar (114 gramos) de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud, en gaseosas, golosinas e infusiones. Pero no es razonable pensar que la gente en masa vaya a ir renunciando, primero al azúcar y luego a la sacarina.

La doctora Katz es clara al respecto: “entre una gaseosa con azúcar y sin azúcar, es preferible una sin. Y lo ideal sería hidratarse con agua, pero no es realista que las personas vayan a empezar a consumir solo agua en su vida. Lo recomendable para quienes toman jugo en polvo con azúcar es eliminarlo. Y los que lo consumen con edulcorante, ir reduciendo la cuota, lo que sea posible. Lo ideal es tomar el mate, el té y el café amargos; es lo más sano. Ojalá todo el mundo empiece a tomarlo así, pero no creo. Pero todo aquel que no esté dispuesto a tomarlo así, ¿va a eliminar el edulcorante para volver al azúcar? Eso es un error. Y para adelgazar, sumar deporte y comer menos y más sano. Pero me preocupa mucho la manera en que están comunicando algunos medios, porque el mensaje que llega es equivocado. Y parte de la responsabilidad la tiene la OMS por su ambigüedad. Si alguien cree que el edulcorante le va a causar diabetes, estamos en un lío comunicacional y de salud muy grande”.

Para la doctora Katz, “es grave que una organización como la OMS” –cuya información se replica en todo el mundo– comunique de una manera tan poco clara. La única evidencia disponible hoy es que usar edulcorante, no te asegura estar flaco. Es lo único que yo diría si soy la OMS: ´no los use como estrategia para perder peso´. Todo el resto no tiene evidencia comprobada”.

 

fuente: pagina 12

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