a historia económica de la Argentina está atravesada por un flagelo recurrente: la inflación. A lo largo del último siglo, nuestro país experimentó fluctuaciones inflacionarias que hicieron pico a fines de los 90 con un récord de 3.079% y de 2002 hasta la actualidad, la suba de precios pulverizó el poder de compra de los argentinos a tal punto que con un billete de $100 se podían comprar 28 kilos de asado y hoy tan sólo 8 gramos con el mismo monto.

El dato se desprende de un informe del Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que da cuenta de la degradación que sufrió el peso desde comienzos de los 2000. De hecho, la cantidad de billetes que circulan en la economía alcanzó un récord de 11.800 millones de unidades en julio de 2024 y, en este momento, hay en circulación 30 veces más de papeles que a comienzos de 2002.

La inflación pulverizó el poder de compra de los argentinos

El reporte destaca que a partir de 2021 creció de forma abrupta el valor monetario total debido a la emisión de billetes de mayor denominación, reflejando la necesidad de adaptar el circulante a una economía con alta inflación. De hecho, esa cifra escaló 407% durante esos dos años.

«Hasta 2016, el billete de mayor denominación en Argentina era el de $100, cuando se introdujo el billete de $500. Posteriormente, en 2017, apareció el billete de $1.000. Tras varios años sin nuevas denominaciones, en 2023 se lanzó el billete de $2.000 y en 2024 el de $10.000», enumeraron los economistas.

Las estadísticas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) arrojan que entre 2002 y 2010, la cantidad de billetes se ubicó por debajo de las 2.000 millones de unidades. De 2010 en adelante, comenzó una tendencia ascendente que recién se detuvo en abril de 2024. Luego de que el gobierno de Javier Milei cese la emisión monetaria y aspire pesos, se produjo una caída del circulante.

«En Argentina, la emisión monetaria ha sido un factor clave en la evolución de la inflación. A lo largo de los años, el BCRA ha recurrido a la impresión de billetes como una forma de financiar déficits fiscales, especialmente en períodos de restricciones en el acceso a financiamiento externo o interno», observaron los investigadores de UADE.

Bajo esa perspectiva monetarista, el exceso de dinero en la economía reduce el poder adquisitivo de la moneda nacional y fuerza a las administraciones centrales a producir billetes de mayor denominación, como ocurrió en los últimos años con los de $2.000, $10.000 y $20.000.

«En contextos de alta incertidumbre, como el que ha experimentado Argentina en los últimos años, la desconfianza en la moneda local acelera la demanda de dólares u otros activos, lo que refuerza el proceso inflacionario y genera una mayor depreciación del peso», argumentaron los analistas. A la vez, advirtieron que si la emisión monetaria no está respaldada por un crecimiento proporcional de la producción y por una demanda genuina de la ciudadanía, tiende a generar inflación.

Inflación histórica: cómo se degradó el poder de compra del peso

Con el propósito de tomar dimensión de la depreciación del peso, el análisis tomó como ejemplo tres bienes de primera necesidad como el asado, el pan y la yerba y calculó cuántos kilos se podían comprar en marzo del año 2002 con un billete de $100 y cuántos en mayo de 2025.

A principios del 2002, el kilo de asado costaba $3,50, el de pan $0,70 centavos y el de yerba $1,60, mientras que en la actualidad el kilo de asado tiene un valor de $12.000, el de pan $2.300 y el de yerba $3.500. Por otra parte, tras la salida de la Convertibilidad, un billete de $100 equivalía a 33 dólares, mientras que ahora solo puede adquirir 8 centavos de dólar.

Esto quiere decir que, en los albores del siglo XXI, se podían comprar 28 kilos de asado con $100; hoy solamente 8 gramos. Con el pan ocurre algo similar ya que en aquel entonces podían adquirirse 142 kilos y actualmente 83 gramos. En cuanto a la yerba, se pasó de un poder de compra de 62 kilos a 29 gramos.

«En los primeros años de la serie analizada, los billetes de menor denominación representaban entre el 60% y 70% del total. Sin embargo, a partir de 2016, con la emisión de billetes de mayor valor, la composición cambió drásticamente. Para 2024, el billete de $1.000 pasó a ser el más predominante. Esto refleja la devaluación del peso, considerando que en 2002 el tipo de cambio era de $3 por dólar y a finales de marzo de 2025 ronda los $1.200 por dólar», concluye el informe.

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