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Los efectos provocados por el acoso escolar suelen ser extremadamente negativos, dejando repercusiones durante toda la vida de quien lo sufre.

Cada 2 de mayo el mundo renueva la lucha contra el acoso escolar, un grave problema que afecta a millones de estudiantes de educación primaria y secundaria. Todos los años, cientos de niños, niñas y adolescentes pierden la vida ya sea por homicidio o por inducción al suicidio tras sufrir este tipo de violencia.

En la provincia, el Estado continúa trabajando y desarrollando políticas públicas para prevenir y concientizar a la población sobre esta problemática, al mismo tiempo que, contener a todas aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Al respecto, la licenciada en Psicología y operadora del 102 María Cristina Silva comentó sobre el bullying y sus efectos. “Este tipo de violencia que se ejerce en el ámbito escolar se trata de un sometimiento de un victimario a una víctima y se suele manifestar mediante la exclusión, la burla y/o todo tipo de presiones que son ejercidas mediante la violencia verbal y física. En muchos casos este maltrato surge desde las diferencias entre los involucrados, ya sea por color de piel, altura, aspecto físico, condición social, religión o antecedentes familiares”.

“En todos los casos, ocasionan un efecto negativo en la víctima que incluyen exclusión social, miedo constante, sentimientos de odio, estados depresivos o de estrés y como consecuencias más graves puede ocasionar pensamientos suicidas de parte de la víctima producto de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran”, agregó la profesional.

Otro de los aspectos negativos que provoca el acoso y que requieren atención es la baja en el rendimiento académico. Como la falta de motivación con respecto a la escuela o la dificultad para llevar adelante tareas escolares provocando en algunos casos ser el causante de abandono escolar. Además, otro efecto común es el derivado de la dificultad que presenta un niño o niña para establecer relaciones sociales, un elemento clave en la formación de la persona como individuo y como parte de una sociedad.

Al mismo tiempo, la licenciada Silva explicó que los perjuicios ocasionados por este tipo de violencia también repercuten en la vida adulta de quienes la sufren. “Otro aspecto a tener en cuenta es cuando el niño, niña o adolescente se convierte en adulto. Desconfianza, dificultad para establecer relaciones o para avanzar desde lo laboral, la autoestima o sentirse incapaz de llevar adelante una tarea específica del hogar o del trabajo, son algunos de los ejemplos de cómo puede influir en la vida adulta de una persona que sufrió acoso escolar. Estos individuos suelen cuestionarse todo el tiempo si son capaces o no para estar en el lugar que les toca y si podrán ‘cumplir con las expectativas’ que recaen sobre ellos o ellas”.

En ese sentido, la familia cumple un rol fundamental en ambos casos tanto de quien ejerce sometimiento como de quien lo sufre. “Siempre el hogar, la familia debe estar involucrada, encargándose de la situación. Los modelos paternos y maternos desde esta perspectiva toman una relevancia fundamental, ya que es aquí donde surgen los valores familiares y donde puede suceder que algún tipo de violencia interna que repercute negativamente en el niño o niña provocando que actúe de la misma manera fuera de casa”, agregó Silva.

“En cuanto a aquellas familias donde un chico o chica sufre acoso escolar siempre es recomendable trabajar sobre la problemática a tiempo, brindando apoyo y de ser necesario recurrir a ayuda profesional. En este punto es muy importante no solo la contención que puedan brindarse dentro del hogar sino también aquella que realice la institución educativa para que quien se encuentra afectado por esta situación pueda reinsertarse adecuadamente en su ámbito escolar. La comunicación en la familia es una de las grandes herramientas para resolver, entendiendo lo que está viviendo el chico o chica. Se trata de contener y escuchar”, cerró María Cristina.

El Estado provincial, mediante trabajos articulados entre el Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social, a través de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, continúa enfocando esfuerzos para erradicar por completo este tipo de violencia a través de campañas de prevención y concientización sobre todos los efectos negativos que ocasiona. Al mismo tiempo continuará asistiendo a todos aquellos niños, niñas y adolescentes que sufran cualquier tipo de vulneración en sus derechos.

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