“Ningún pibe nace chorro… pero muchos vienen al mundo con el estigma de la pobreza. Los niños no nacen iguales. Ya no lo son en el vientre de la mamá”, escribió en un artículo de opinión la máxima autoridad de la Iglesia en San Juan, monseñor Jorge Lozano. De ese modo, se refirió al proyecto de ley diseñado por el Ejecutivo nacional que fue enviado al Congreso para bajar la edad de imputabilidad de 13 años.
Más allá de todo eso, Lozano rescató que están abiertas las instancias de debate, al sostener que, “lo he planteado y conversado con algunos obispos de la Pastoral Social Nacional, que a nivel de la Conferencia Episcopal están teniendo vínculos con legisladores nacionales, a la hora de ver cuáles son las alternativas para el tratamiento del modo de abordaje de los problemas del delito en los menores de edad”.
Cabe recordar que, en su artículo, el arzobispo de San Juan de Cuyo señaló que, “es llamativo que se busque penar los delitos en los cuales los menores son parte activa, y poco se proponga en las violaciones a la ley en las que los menores son víctimas, como la trata de personas. Son cientos los secuestrados anualmente para la explotación laboral y sexual, o la venta de órganos”.
Y agregó: “Es urgente modificar el mecanismo perverso en el cual ‘el primer trabajo’ es delictivo. Las primeras zapatillas de marca se obtienen por el robo o son compradas con dinero proveniente del narcomenudeo. Pensemos, ¿abandonaron la escuela o la escuela los abandonó a ellos? El Estado desertó de sus responsabilidades. Es inmoral que niños, niñas, adolescentes estén fuera del sistema educativo, fuera del sistema de salud, sin plazas para jugar, privados de playones deportivos, clubes, talleres de teatro o música, capacitaciones de oficios”.
En ese contexto, se refirió a las cifras sobre analfabetismo y retraso escolar en el país “la mitad de los alumnos del primario no alcanza el nivel de lecto-comprensión adecuado para su edad; los alumnos de 6° grado no llegan al 70% en ese mismo ítem. Estos números son indicadores de gravedad concreta”, señaló.
Sin embargo, aclaró: “No se trata tampoco de proponer la impunidad y la anomia. La aplicación de los principios de la Justicia restaurativa es un camino más adecuado y con buenos niveles de resultados favorables. Es importante que quienes delinquen siendo menores de edad se hagan cargo de sus acciones. Es necesario también promover condiciones para prevenir el delito juvenil, y esto es responsabilidad de cada familia, de las diversas instituciones de la sociedad, y principalmente del Estado”.
Para finalizar: “Hace falta dedicar más docentes, más personal de salud, más trabajadores sociales, en los barrios más vulnerables. Más redes de contención y desarrollo que aseguren estimular el ascenso social, y no enjabonar el tobogán que lleva al infierno. Tarde nos acordamos de los olvidados”.
fuente: tiempo san juan
Más allá de todo eso, Lozano rescató que están abiertas las instancias de debate, al sostener que, “lo he planteado y conversado con algunos obispos de la Pastoral Social Nacional, que a nivel de la Conferencia Episcopal están teniendo vínculos con legisladores nacionales, a la hora de ver cuáles son las alternativas para el tratamiento del modo de abordaje de los problemas del delito en los menores de edad”.
Cabe recordar que, en su artículo, el arzobispo de San Juan de Cuyo señaló que, “es llamativo que se busque penar los delitos en los cuales los menores son parte activa, y poco se proponga en las violaciones a la ley en las que los menores son víctimas, como la trata de personas. Son cientos los secuestrados anualmente para la explotación laboral y sexual, o la venta de órganos”.
Y agregó: “Es urgente modificar el mecanismo perverso en el cual ‘el primer trabajo’ es delictivo. Las primeras zapatillas de marca se obtienen por el robo o son compradas con dinero proveniente del narcomenudeo. Pensemos, ¿abandonaron la escuela o la escuela los abandonó a ellos? El Estado desertó de sus responsabilidades. Es inmoral que niños, niñas, adolescentes estén fuera del sistema educativo, fuera del sistema de salud, sin plazas para jugar, privados de playones deportivos, clubes, talleres de teatro o música, capacitaciones de oficios”.
En ese contexto, se refirió a las cifras sobre analfabetismo y retraso escolar en el país “la mitad de los alumnos del primario no alcanza el nivel de lecto-comprensión adecuado para su edad; los alumnos de 6° grado no llegan al 70% en ese mismo ítem. Estos números son indicadores de gravedad concreta”, señaló.
Sin embargo, aclaró: “No se trata tampoco de proponer la impunidad y la anomia. La aplicación de los principios de la Justicia restaurativa es un camino más adecuado y con buenos niveles de resultados favorables. Es importante que quienes delinquen siendo menores de edad se hagan cargo de sus acciones. Es necesario también promover condiciones para prevenir el delito juvenil, y esto es responsabilidad de cada familia, de las diversas instituciones de la sociedad, y principalmente del Estado”.
Para finalizar: “Hace falta dedicar más docentes, más personal de salud, más trabajadores sociales, en los barrios más vulnerables. Más redes de contención y desarrollo que aseguren estimular el ascenso social, y no enjabonar el tobogán que lleva al infierno. Tarde nos acordamos de los olvidados”.