Esta semana comenzó una campaña de concientización y visibilización sobre las complicaciones y la violencia que sufre la mujer a la hora del parto. Se realiza la Semana Mundial por el Parto Respetado y en San Juan se utilizará la fecha para inaugurar una sede física, donde las mujeres podrán ir a recibir información sobre la problemática en el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO). La puericultora y coordinadora de la campaña, Delfina Aballay, contó cómo se sienten desamparadas en la provincia.
La profesional mencionó que para hablar sobre el significado de la violencia obstétrica hay que remitirse a la Ley de Parto Humanizado, que está vigente desde hace 21 años, pero que no se cumple en la provincia. “Podemos empezar por algo básico que es que no te pueden negar entrar acompañada al parto. Actualmente, en el Hospital Rawson está prohibido ingresar acompañado. Lo sé porque soy usuaria de la salud pública y es el lugar donde la mayoría de las mujeres sanjuaninas va a parir”, especificó. Además, agregó que otro de los tipos de violencia hace referencia a que la mujer tiene libertad en elegir la posición en la que prefiere parir.
En la provincia no se tiene un registro exacto de los casos debido a las complicaciones al hacer la denuncia. “Nosotras solo podemos realizar la denuncia si hay algo explícito o grabado, por lo que es difícil manifestar con pruebas la denuncia. Al no haber datos y ser un sistema tan grande, no hay herramientas para hacer las denuncias. La sede será justamente para tejer redes entre nosotras y hacer un libro de actas donde cada una pueda contar y relatar sus experiencias, buscando los puntos donde se viola la ley”.
La sede para las mujeres y del OVO estará ubicada en calle Mitre 455. El 17 de mayo será la inauguración, justamente, el día de la violencia obstétrica y el lugar abrirá sus puertas para todas las mujeres, a partir de las 16:30 horas, para realizar una ronda de relatos de nacimientos y de experiencias relacionadas con la violencia ginecobtétrica.
Un tipo de violencia de género
La violencia ginecobstétrica se manifiesta en distintas formas: desde maltratos verbales durante una consulta, hasta prácticas como atar a la mujer en trabajo de parto o negarle el derecho a expresar su dolor. Aballay fue enfática en que “todo el sistema es violento con la mujer”. Y aclaró: “No tiene que ver con el género del profesional. Desde el guardia que recibe mal a una embarazada, hasta una enfermera que no tiene en cuenta su estado de vulnerabilidad, todo forma parte de una cadena de violencia”.
Este tipo de prácticas, si bien están naturalizadas en gran parte del sistema de salud, constituyen una forma de violencia sexual, según explicó la organizadora. “La violencia obstétrica es una violencia de género aceptada social y culturalmente, pero sigue siendo una violación a los derechos humanos. Y eso debe cambiar. Necesitamos que el Estado se haga cargo”, remarcó.
Un movimiento nacional
La campaña “Mi parto, mi decisión”, inspirada en el lema “mi cuerpo, mi decisión”, nació en Argentina y se expandió a países como Perú y otros de América Latina. Ahora, llega a San Juan con fuerza renovada, en una provincia donde, según la activista, “el proceso de la mujer en el embarazo y el parto está especialmente invisibilizado”.
Uno de los objetivos a largo plazo de la campaña es la elaboración y promoción de un proyecto de ley que garantice la formación y el conocimiento del personal de salud en prácticas de parto respetado. “No es suficiente con que exista una ley si nadie la cumple. La formación es clave para cambiar la cultura hospitalaria y que los derechos de las personas gestantes se respeten”, concluyó.
fuente: diario huarpe