Supercláico con tres goles y polémica, con incertidumbre siempre, con olor a gol permanente. Lo pudo liquidar Boca después del 2-1 pero falló increíblemente en definiciones (Fabra y también Pavón). River dejó el alma para sacarse la mufa de la Copa pero no le alcanzó más allá de ir hasta el final, encima sufriendo un error del asistente Bellatti que pudo haber cambiado el partido y generado el 2-2.
Boca lo ganó de la mano de Nández y de Pablo Pérez, no necesitó de figuras como Pavón ni Benedetto, que estuvieron peleados con el arco. River lo perdió sin haber aprovechado las pelotas paradas, buscando siempre (en el final con De la Cruz, Borré, el Pity) y sostenido por un enorme Ponzio. La alegría ex toda azul y oro en un domingo de luxe. Un domingo de goce Monumental.