La actividad turística en San Juan no escapa a los vaivenes de la economía nacional e internacional. Así lo expresó Ariel Giménez, presidente de la Cámara de Turismo de la provincia, quien trazó un panorama complejo para el sector, con especial preocupación por la caída en las reservas de cara a Semana Santa, una de las fechas clave para la actividad.

«El turismo es una de las primeras actividades que se ve resentida cuando hay complicaciones económicas en el país», explicó Giménez. Si bien reconoció que la temporada de verano fue «mejor que la del año pasado», aclaró que no cumplió con las expectativas que se habían generado.

Uno de los factores que más afectó a la industria fue la fuerte devaluación que experimentaron países limítrofes como Chile y Brasil. El abaratamiento de estos destinos en comparación con la Argentina hizo que muchos argentinos —y particularmente sanjuaninos— decidieran vacacionar fuera del país. «Nos encontramos con que muchos sanjuaninos eligieron irse a Chile, o incluso a Brasil, porque hacía mucho tiempo que no podían salir del país. Está bien que la gente viaje, pero eso tiene un impacto directo en el sector empresarial local», sostuvo.

En este contexto, las pequeñas y medianas empresas turísticas son las más golpeadas. «Uno se prepara para recibir cierta cantidad de turistas, pero la economía termina marcando otra realidad, y ahí es donde el impacto se siente fuerte», lamentó Giménez.

Frente a la merma del turismo receptivo desde otras provincias o países, el sector privado ha apostado a fomentar el turismo interno, con relativo éxito. «Muchos sanjuaninos aprovechan fines de semana largos como Carnaval o Semana Santa para recorrer la provincia. Eso ayuda a amortiguar un poco la caída del turismo externo», indicó. La cercanía entre destinos dentro de la provincia —»220 o 270 kilómetros a lo sumo»— facilita la movilidad interna y mantiene cierta actividad, sobre todo en los feriados largos.

Sin embargo, en los departamentos más alejados, algunos prestadores turísticos están evaluando si les conviene seguir operando. «Hay emprendedores que se plantean si es rentable abrir para recibir a cinco o diez personas, cuando antes lo hacían para grupos mucho más numerosos», explicó Giménez. Aunque reconoció que hay circulación interna, afirmó que falta mayor impulso en la promoción turística.

«La promoción turística es una tarea conjunta entre el sector público y el privado. Se ha intentado trabajar en esto, pero no con la fuerza que se necesita. El Estado debe salir a acompañar para que el privado pueda mostrar y comercializar sus productos», remarcó.

La mirada ahora está puesta en Semana Santa. «Durante mucho tiempo, esta fecha fue temporada alta para San Juan. Se vendían muchas excursiones, los hoteles trabajaban con altos niveles de ocupación y los restaurantes estaban llenos. Hoy, sin embargo, las reservas vienen bajas», advirtió el titular de la Cámara de Turismo, con un tono mezcla de realismo y esperanza.

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