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Un obrero de 31 años fue detenido y enfrenta una investigación por presuntas lesiones graves que habría causado a un hijastro de 7 años al darle una patada. La madre del nene también había sido apresada pero ayer recuperó la libertad y no fue imputada a la causa.

El caso se destapó el pasado jueves, cuando Antonella Andrea Marín (28, ama de casa) asistió con su hijo de 7 años al centro de salud de Vallecito, en Caucete, localidad donde viven. Un trabajador social que cumple funciones allí fue quien radicó la denuncia. Ese profesional dijo que la señora llegó y pidió atención médica para el niño porque tenía un problema en el codo. Según la acusación, un médico lo examinó, diagnosticó una luxación con un hematoma y solicitó una ambulancia para que lo trasladaran al hospital departamental César Aguilar. En eso que esperaban, Marín salió a buscar a sus otros dos hijos y en ese ínterin en el que el nene quedó en el centro de salud, fue cuando reveló supuestos ataques.

El fiscal de la UFI Cavig Eduardo Martínez explicó que distintos profesionales tomaron contacto con el menor, como un enfermero y un odontólogo, a quienes les relató distintos hechos. Cuando la madre volvió y fue interrogada, negó golpizas y afirmó que el nene se había caído jugando. Marín en ese momento fue entrevistada por el trabajador social, a quien supuestamente le reveló que era víctima de violencia de género por parte de su pareja, aunque luego se retractó y ayer volvió a desmentirlo (ver recuadro).

Justamente quien a los minutos arribó al lugar fue Jonathan Mercado (31), pareja de la mujer y padrastro del chico, un sujeto con antecedentes por violencia de género que le manifestó al trabajador social que él nunca golpeó al niño. Sin embargo, según Fiscalía, está acreditado por testigos que ese día Marín le dijo a su pareja en reiteradas ocasiones: ‘Quedate tranquilo, no tienen pruebas contra nosotros, nadie te vio cuando le pegaste’. Por otro lado, el Licenciado en Trabajo Social entrevistó a los vecinos, quienes presuntamente señalaron haber sido testigos de hechos de violencia de Mercado contra su pareja y también contra sus hijos.

Lo concreto es que un cuerpo médico constató lesiones en las mejillas del menor: un hematoma en el brazo izquierdo y una fractura en la cabeza del radio, en la zona del codo. Para peor, los profesionales descubrieron que el niño había sufrido la quebradura unas 96 horas antes de que lo llevaran a atenderse, por lo que su brazo se encuentra ‘trabado’ y debe ser operado a los fines de poder recuperar la movilidad, explicó el fiscal.

Con esas pruebas en contra, al día siguiente, el viernes por la noche, la madre y el padrastro fueron apresados en su domicilio. Ese día además se dio intervención al 102 y a la Asesoría de Menores.

Fuentes judiciales revelaron a este diario que la hipótesis es que Mercado quebró a su hijastro de una patada en una situación de enojo. Sin embargo, ayer el sospechoso lo negó ante el juez de Garantías Eugenio Barbera. «El niño se cayó cuando yo estaba trabajando, se cayó en la cama», aseguró.

Fiscalía pidió ayer que el acusado sea dejado preventivamente preso por 15 días para que no obstaculice la investigación ni pueda influenciar a la víctima, teniendo en cuenta que a fin de mes ese chico y un hermanito de 4 años serán sometidos a entrevistas videograbadas (Cámara Gesell), un paso clave para descifrar la culpabilidad o inocencia del imputado. Por su parte, la defensora oficial Cecilia Mut se opuso y solicitó la inmediata libertad de su defendido, aduciendo que no es el autor de ningún delito. Subsidiariamente, ofreció una medida menos gravosa que la prisión preventiva: que se mudara provisoriamente a la casa de su abuela y que le aplicaran una prohibición de acercamiento al menor.

El médico legista estimó un tiempo de curación de 35 días, por eso al padrastro le imputan lesiones graves.

El juez Barbera finalmente resolvió aplicarle al sospechoso 15 días de detención domiciliaria a cumplir en la vivienda de la abuela, con controles policiales periódicos, y le prohibió durante un mes todo tipo de contacto hacia su pareja y su hijastro. Por último, concedió un plazo de 6 meses para la investigación, el doble de lo pedido por la defensora y la mitad de lo solicitado por el fiscal.

El acusado es un obrero que trabaja en los baños del paraje Difunta Correa, como parte de la Cooperativa Vallecito. Hasta su detención, convivía con Marín y con sus tres hijos. Solo el más chico es de él.

«¡Mentira!»: dijo al fiscal y la retaron

«¡Mentira!». Así interrumpió Antonella Marín cuando el fiscal relató que ella le había dicho al trabajador social que era víctima de violencia de género. El juez le llamó la atención y desde ese momento se dedicó a hacer caras y gestos para demostrar su desacuerdo con el resto de la acusación fiscal.

Eso sí, lo que la mujer no puede negar es que su pareja tiene un antecedente condenatorio: el 23 de octubre de 2020 un juez de Flagrancia le aplicó una pena de 10 meses de prisión condicional por los delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo en contexto de violencia intrafamiliar y de género, amenazas simples y hurto en grado de tentativa.

Según fuentes judiciales, ese hecho había ocurrido dos días antes, a las 6.30, cuando Mercado inició una discusión con su pareja y le dejó marcas en su brazo derecho y la nuca. El hombre también había increpado al vecino que llamó al 911.

 

 

fuente: diario de cuyo

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