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Un informe reveló el aumento en la ingesta de bebidas alcohólicas en los mayores de 30 años. Se trabajan para contener y atacar esta problemática.

El alcoholismo es un problema social que afecta a millones de personas en el mundo, y casi, sin distinciones sociales, de sexo ni de edades. Un desafío constante para los funcionarios que tienen la responsabilidad de encontrar el camino y disminuir los altos índices de incidencia en edades tempranas y medias.

En San Juan, un estudio realizado por el Programa de Prevención de Consumo de Alcohol, dependiente de la Dirección de Programa Nacionales y Provinciales del MSP, dio cuenta que desde el año pasado, durante la primera etapa de Fase 1, en cuarentena, se había incrementado notablemente la ingesta de alcohol en los mayores de 30 años.

Esto se dio de manera “intra domiciliaria”, es decir en el hogar, acompañado, por lo general, de situaciones de violencia. Ya lo había advertido la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (SEDRONAR) de la jefatura de Gabinete de Ministros, en un informe redactado durante el confinamiento que “el abuso de alcohol puede acentuar algunas actitudes agresivas, así como también la angustia o la tristeza”.

Para la licenciada en Sociología Celina Aguilera, coordinadora del Programa de Prevención del MSP y docente en la UNSJ, “A esa edad (30-40 años) ya tienen una patología crónica incorporada y las consecuencias del consumo de alcohol pueden ser cáncer de colon en los hombres y cáncer de mama en las mujeres” dijo. La profesional destacó que la situación se agrava si se le suman otras patologías como Hipertensión y Diabetes, o algunos padecimientos encuadrados en las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT), que son asintomáticas en una primera instancia.

La licenciada Aguilera sostuvo que “cuando la persona ya tiene incorporada y asumida su patología de alcoholismo, por lo general ya está muy desarrollada. El tabaco, el alcohol, la mala alimentación, y la inactividad física durante la pandemia se han incrementado y por lo tanto, es probable que haya más personas con ECNT en estos momentos”, explicó.

El trabajo que encararon, el año pasado, desde el programa de Alcoholismo durante la parte inicial del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) determinó que cambiaron los perfiles y las practicas del consumo en la franja etaria mencionada (+30 años), es decir ya no se consumía tanto los fines de semana y en momentos especiales como una fiesta nocturna. En la cuarentena el problema se hizo más visible y cotidiano en el hogar.

Una de las comunidades terapéuticas que trabajan desde hace años con patologías adictivas como el alcohol es el Centro por la Vida Hospital de Día, dependiente del ministerio de Salud de la provincia. Desde esta institución, la licenciada en Trabajo Social, Celina Games explicó que “con la cuarentena se notó una agravamiento en la situación de los pacientes mayores de 40 años que llegan a tratarse no solamente por alcohol. En muchos casos se refiere a personas poli consumidoras” detalló. Y entre las características que se vieron en aislamiento fue un notable incremento de la violencia en el hogar.

“En varios casos, personas que atendemos por alcoholismo llegan con perimetrales (medidas dispuestas por la Justicia por hechos de violencia de género). Y lo hacen porque en un gran porcentaje son pacientes crónicos que pierden la consciencia”, dijo.

En la provincia, se trabaja actualmente en un instrumento denominado “Test de Crónicos”, cuyo fin es captar el consumo problemático de alcohol, entre otras patologías, en el primer nivel de atención. “Hasta el momento solo manejamos estadísticas a nivel población generales del grupo enmarcado entre los 30-40 años y se ha determinado un 60% más de consumo a lo que lo hacía habitualmente”, explicó Celina Aguilera.

 

Ayuda oficial

La profesional detalló que desde el Gobierno provincial, a través del Programa de Consumo de Alcohol, se le hace un completo informe y se lo deriva al Centro por la Vida, que es la institución que hace terapia con la persona. Además se realiza un seguimiento estricto de todo su entorno, con un triage y se determina la gravedad del paciente y el camino a seguir.

El objetivo es fortalecer las redes de prevención de alcoholismo que desde el año pasado están orientadas a contener a las personas con tendencia a esta problemática. Para eso es muy importante generar predisposición y que el paciente sea consciente de las medidas de prevención. Se busca que el entorno ayude a la persona en riesgo a reconocer su problemática y no dejarlo solo.

La compañía de un profesional es fundamental para guiar estas acciones e implementar las terapias adecuadas que bajen el consumo en el paciente.

El Centro por La Vida Hospital de Día busca ayudarlos para que logren la reinserción social que necesitan. Hay situaciones tales como falta de vida de hogar, ausencia de bienes materiales, calor, frío, trato indigno al ser humano, ausencia de afecto que influyen en cada adulto como en su evolución. Todo ello colabora para que la persona se vuelque al alcohol como a cualquier patología adictiva.

Desde esta institución como del Programa Provincial contra el Consumo de Alcohol cuentan con varios especialistas, entre ellos, psicólogos, asistentes sociales, médicos, nutricionistas y profesores de Educación Física y Música, quienes trabajan a diario con los pacientes que buscan ayuda y contención.

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