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En el medio de un rebrote de casos de Covid-19 que amenaza con descontrolarse en cualquier momento, el gobierno nacional recibió buenas noticias provenientes de China: el acuerdo con la empresa estatal Sinopharm para la compra de un millón de vacunas contra el coronavirus está prácticamente cerrado. Hace meses que el Ministerio de Salud de la Nación venía negociando con el laboratorio chino y se especulaba con que recién en marzo comenzarían a llegar las primeras dosis, sin embargo la semana pasada el presidente Alberto Fernández intervino personalmente enviándole una carta a su par chino, Xi Jinping, y logró acortar los tiempos de espera para dentro de un par de semanas. Según aseguraron a Página/12 fuentes que están participando de las negociaciones, ya hay confirmadas un millón de vacunas chinas que arribarán a Buenos Aires a través de un vuelo de Aerolíneas Argentinas a finales de enero.

Una semana después de que comenzase el masivo plan de vacunación nacional con las 300 mil dosis de la Sputnik V que llegaron desde Rusia, el gobierno nacional continúa avanzando con acuerdos con laboratorios de diferentes partes del mundo con el objetivo de hacerse con la mayor cantidad de vacunas antes de que empiece la segunda ola. De momento, la ANMAT ya aprobó el uso de la vacuna de Oxford AstraZeneca – de la que se espera que llegarán 22 millones de dosis en marzo – y de Pfizer – que aún sigue en tratativas -. Ahora es el turno de la vacuna Sinopharm, uno de los tres desarrollos de vacunas chinas que ya se encuentran en Fase 3. A diferencia de los otros dos laboratorios, Sinopharm realizó ensayos clínicos con tres mil voluntarios del país, lo que permitió que la Argentina fuera una prioridad a la hora de comenzar con su comercialización. Si bien aún falta que la ANMAT apruebe el uso de la vacuna, desde el gobierno nacional calculan que es un tema que se solucionará en menos de una semana.

El marco de acuerdo para la llegada de este primer millón de vacunas chinas se inscribe en un convenio que el Ministerio de Salud viene negociando hace meses con la empresa estatal china. El pacto consistía en que Sinopharm destinaría, para marzo, unas 30 millones de dosis (las cuales permitirían vacunar a un total de 15 millones de personas, ya que son de doble aplicación). El problema era que los tiempos apremiaban: el rebrote de casos en plena temporada de verano y el desarrollo de mutaciones del virus en otras partes del mundo tenían preocupados a les funcionaries de Casa Rosada, que buscaban por todos los medios garantizar el abastecimiento para la etapa inicial de vacunación. Por este motivo fue que, de manera muy similar a lo que ocurrió con la vacuna rusa, Alberto Fernández decidió intervenir personalmente en las negociaciones. Unos días después de que designase a Sabino Vaca Narvaja como nuevo embajador argentino en China – en reemplazo de Luis María Kreckler -, Fernández le envió una carta al presidente Xi Jinping para acelerar el entendimiento. Ayer, el mismo gobierno chino dio a conocer públicamente la respuesta de Xi Jinping, una misiva en la que aseguraba que China estaba dispuesta a «trabajar para promover la cooperación bilateral de alta calidad», específicamente «para reforzar la cooperación con Argentina en la investigación, desarrollo y aplicación de vacunas contra la COVID-19» (ver recuadro).

La semana pasada, China aprobó la vacuna de Sinopharm para su uso general y comenzó con su plan de vacunación. La vacuna cuenta con una tasa de eficacia del 79 por ciento y trabaja con el virus atenuado. Una de las desventajas que tiene es que es más cara que las otras vacunas, ya que tiene un valor estimado de 20 dólares. Desde el gobierno nacional, sin embargo, se mostraron confiados en que podrán llegar a un acuerdo con la administración china que permita disminuir un poco el precio. Por otra parte, una de las ventajas a tener en cuenta de la vacuna de Sinopharm es que el grado de refrigeración necesario para congelarla es de 2 a 3 grados, una diferencia importante que abarata costos de logística vinculados a mantener la cadena de frío . El caso de la vacuna de Pfizer, por ejemplo, demanda una conservación de 70 grados bajo cero, mientras que la Sputnik V requiere el uso de hielo seco para su traslado. Circunstancias que deben ser tenidas en cuenta a la hora de calcular los costos.

Luego de meses de negociaciones, se calcula que para finales de enero llegará el primer millón de dosis. Si bien aún resta definir algunas variables – como el costo final de la vacuna -, el anuncio oficial es inminente. El único otro país latinoamericano con el que China está manteniendo negociaciones es Perú (en donde también se realizaron ensayos clínicos), pero de momento Argentina es el primer país del Cono Sur que logra hacerse con cientos de miles de vacunas en un contexto de acopio salvaje por parte de las naciones del Primer Mundo.

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