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El escándalo se conoció a finales de la semana pasada. El famoso exfutbolista y exfuncionario público y actual dirigente social, Roberto «Fido» Galván, y el empresario, dueño de «Dismar Caucete», Carlos Cassab (73), fueron detenidos acusados de mantener encuentros sexuales con una chica de 14 años, quien habría sido ‘entregada’ nada menos que por su tía a cambio de dinero. La madre de la menor fue quien radicó la denuncia, luego de enterarse de la aberrante situación.

Leonardo Villalba, abogado defensor de la tía de la menor, manifestó que se debe analizar la madurez sexual de la víctima. «Hay delitos y delitos. Hay que ver si la madurez sexual tiene que ver con la edad o es algo de cada persona en particular. También hay que ver si ya se había iniciado sexualmente o, en caso de haber mantenido relaciones con estas personas, si el inicio se dio con estas personas», dijo en declaraciones a Radio Sarmiento. «Quiero escuchar a la menor», agregó.

Por otra parte, el letrado aseguró que su clienta es paciente psiquiátrica y que desde hace tres días no recibe la medicación correspondiente. «Está en estado de shock, no habla, cuando la vi hacía dos días que no dormía», señaló. Además, manifestó que solicitará la internación o la prisión domiciliaria para su defendida. 

«Del hecho en sí poco hemos hablado, creo que va a ser importante escuchar a la menor para ver qué tiene para aportar. Con la hermana la relación no era del todo buena, con su sobrina sí, como tía y sobrina. Mi defendida tenía un local de ropa y esta chica iba y compraba», indicó Villalba y agregó que la mujer mantenía una relación de amistad con Galván y «de algo más» con Cassab, aunque no quiso ahondar en detalles.

«Ellos han concurrido al local y la sobrina estaba ahí. Eso es una cosa, otra es que hayan tenido una relación. Y de ser así, no me consta que mi defendida haya facilitado una relación», resaltó y dijo que espera que el resultado de las pericias realizadas a los celulares esté en los próximos días.

En principio, se investiga si la tía de la menor era la encargada de contactar a Galván y a Cassab, a quienes les habría cobrado una suma de dinero para acceder a encuentros sexuales con la niña. Por eso a esa mujer se le atribuye, en principio, haber facilitado y promovido la corrupción sexual de su sobrina menor.

En cambio, el dirigente social y el dueño de «Dismar Caucete», en principio, enfrentarían otros cargos. Según fuentes judiciales, a ambos se le atribuiría el equivalente a la vieja figura del «estupro», un delito en el que se supone que hubo aprovechamiento de la inmadurez sexual de la menor.

De todos modos esas figuras son provisorias, dijeron. Y todo podría cambiar si de los dichos de la menor en Cámara Gesell (aún no declara) surgen pruebas de que existieron delitos más severamente castigados.

fuente: Diario de cuyo

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