Una vez más, el dolor se transformó en reclamo público. Este martes por la tarde, el hall de Tribunales fue escenario de una fuerte manifestación cargada de angustia e impotencia. La razón: la resolución del juez de Garantías Javier Figuerola, quien decidió desvincular a Juan Pablo Echegaray —hijo del juez federal Miguel Ángel Echegaray— de la causa por la muerte de Lucía Rubiño, la adolescente que fue atropellada el 15 de octubre de 2023.

La medida, que también fue respaldada por el Ministerio Público Fiscal, deja fuera del proceso judicial al joven que había sido imputado por homicidio culposo. Frente a esta decisión, la familia de Lucía no pudo contener la bronca y el dolor. En la puerta del edificio judicial, su madre, Belén Montilla, se dirigió a la prensa con palabras desgarradoras.

“Yo llego a mi casa y Lucía no está en ningún lado. ¿Sabés lo que pasa? Que nos agotan a las familias del dolor. No podemos respirar, porque los que nos dieron para respirar lo gastamos acá”, expresó entre lágrimas.

Montilla también apuntó de forma directa al funcionamiento del Poder Judicial, al que calificó como “descarado, obsoleto, viejo y decadente”. “¿Le morderían la mano a quien les da de comer? Son una mugre, unos sinvergüenzas”, lanzó, conmoviendo a quienes presenciaban sus palabras.

El caso Rubiño encendió el debate sobre la transparencia en el accionar judicial, especialmente cuando involucra a personas con vínculos dentro del poder. La familia de Lucía insiste en que continuará luchando por justicia, aunque el camino parezca cada vez más cuesta arriba.

 

fuente: sanjuan8

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