Hace una semana se conoció que en San Juan, en un descampado ubicado en la localidad de El Bosque, departamento de Angaco, hay más de 300 huesos y restos equinos desperdigados en casi una hectárea. Los vecinos de la zona lo llaman «el cementerio de caballos» y aseguran que este escenario es una prueba más de una practica ilegal en la Argentina: el robo, faena y comercialización de la carne de caballo. En este sentido, el presidente de la Federación Gaucha de San Juan, Sergio González, dijo que los trabajadores rurales y gauchos de la región, quieren penas más severas para aquellos que roban y faenan caballos, ya que esta es una problemática de años, sin solución, que afecta gravemente sus modos de vida.
«Gracias al informe de ustedes, esta triste y preocupante verdad salió a la luz», empezó diciendo González. «Ahora estamos esperando un endurecimiento de las penas, porque que hoy, el que roba y faena, entra por una puerta y sale por otra».
González reveló que, mensualmente, en el grupo de WhatsApp que administra la federación, se denuncian entre 15 y 20 caballos desaparecidos. Sin embargo, estima que la cifra real es mayor, ya que no todos los propietarios de caballos están afiliados a la federación y algunos prefieren no denunciar.
«Nosotros queremos que se cambien las leyes, que se cambien las penas, para que esto, de una vez por todas, se termine», exigió González.
Impotencia y bronca
El presidente de la Federación Gaucha no ocultó su frustración al explicar que, «todo el mundo sabe quiénes son los cuatreros y quienes los que faenan», pero aseguró que cuando estos son detenidos, «entran por una puerta y salen por la otra».
«Esta situación genera un sentimiento de impotencia y bronca porque el caballo para nosotros es una parte de nuestra vida», dijo González. «El caballo, es un pilar fundamental en la vida del gaucho y de las familias rurales. El caballo representa el trabajo, la libertad, la lealtad, la identidad cultural. Inclusive, es terapéutico para niños y personas especiales. Los que tenemos caballos, sabemos del sentimiento que le tenemos, del vínculo especial que se genera con el animal. Por eso nos da mucha bronca que se los mate y que se utilice su carne como comida».
A pesar de mantener un buen contacto con la policía rural y las comisarías departamentales, González aseguró que el problema reside en la Justicia.
«El talón de Aquiles está ahí. Al no ser duras las penas, los cuatreros no tiene miedo de la condena y lo vuelven a hacer. Por eso estamos pidiendo que se cambie la ley para este delito», insistió.
González advirtió que el robo en el campo no se limita a caballos, sino también a vacas, cabras y ovejas.
Dispuestos a denunciar
A pesar de la gravedad de la situación, el presidente de la Federación Gaucha de San Juan aseguró que, hasta el momento, no han sido consultados, ni por la Policía, ni por la Justicia, para abordar este problema.
“En el campo, la gente está dispuesta a denunciar quienes son los cuatreros y faenadores, siempre y cuando los protejan, y a los que los denuncien, los investiguen y los metan presos”, aseguró.
fuente: diario huarpe