Habrá que ver si en esta ocasión, con una primaria que enfrentará a dos listas en todas las categorías electorales -desde Presidente hasta consejero escolar- y que se desarrollará a lo largo y ancho de los 24 distritos del país, los dos sectores de Unión por la Patria optan por una puja ordenada, con reglas escritas y no escritas.

Lo que está claro es que el peronismo se asoma a una circunstancia excepcional e histórica: una competencia por las principales candidaturas y, por ende, por la conducción del movimiento, un acontecimiento que tiene resonancias de la interna del justicialismo del año 1988, cuando se enfrentaron Antonio Cafiero y Carlos Menem.