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El Ministerio de Salud de la Nación comenzó hoy el proceso de distribución de 371.400 vacunas Sputnik V del componente 1 en las 24 jurisdicciones con el fin de dar continuidad al al fuerte avance del Plan Estratégico de Vacunación que el Gobierno nacional despliega para combatir el COVID-19.

De acuerdo al criterio de distribución dispuesto en base a la cantidad de población de cada distrito, a la provincia de Buenos Aires le corresponden 143.400 dosis, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 23.400, a Catamarca 2.400, a Chaco 10.200, a Chubut 4.800, a Córdoba 31.800, a Corrientes 9.600, a Entre Ríos 10.200, a Formosa 5.400, a Jujuy 6.600, a La Pampa 1.800, a La Rioja 3.000, a Mendoza 16.800, a Misiones 10.800, a Neuquén 4.800, a Río Negro 6.000, a Salta 12.600, a San Juan 6.600, a San Luis 3.600, a Santa Cruz 3.600, a Santa Fe 30.000, a Santiago del Estero 8.400, a Tierra del Fuego 1.800 y a Tucumán 13.800.

En los últimos siete días, desde el jueves 27 hasta ayer inclusive, se realizaron en todo el país 1.823.824 aplicaciones de las distintas vacunas con las que cuenta el país para enfrentar la pandemia, mientras que ayer se  volvió a superar el récord de vacunaciones diarias, con 356.454 inoculaciones.

Según el Monitor Público de Vacunación, el registro online que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino, hasta esta tarde fueron distribuidas en todo el país 17.585.490 vacunas y las aplicadas totalizan 13.984.755: 10.970.220 personas recibieron la primera dosis y 3.014.525 ambas.

EL SEGUNDO COMPONENTE DE LA SPUTNIK V, DEMORADO

La vacuna Sputnik V comprende dos componentes: uno que contiene un adenovirus humano serotipo 26 (Ad26) que presenta la proteína S de SARS-CoV-2, y un segundo componente que contiene el adenovirus humano serotipo 5 (Ad5) que presenta la misma proteína S de SARS-CoV-2, según informó el instituto Gamaleya. A diferencia de las vacunas elaboradas por otros laboratorios, como AstraZeneca, no se aplica la misma vacuna como primera y segunda dosis.

Hasta ahora, la aplicación del segundo componente contempla un intervalo mínimo de 21 días desde la aplicación del primer componente y un máximo de 12 semanas (o 3 meses).

La infectóloga Florencia Cahn sostuvo que «hay estudios en curso que combinan la de AstraZeneca con la Pfizer, que son de diferente tipo, y otros que combinan la de AstraZeneca con Sputnik V, que comparten la misma plataforma. Incluso hay estudios cuyos resultados preliminares indican que podrían potenciar la respuesta inmune».

«En Argentina no hay ningún estudio en curso de este tipo y hoy, 2 de junio, no está contemplado dentro de la estrategia de vacunación. Pero es importante remarcar que las decisiones son dinámicas y si en algún momento hay evidencia suficiente, se puede contemplar», anticipó Cahn.

«Al haber dicho que a los tres meses hay que vacunar se genera tensión en la población que espera la segunda dosis. Yo no estaría preocupado por eso, lo importante es tener primeras dosis», sostuvo el infectólogo Luis Cámera en diálogo con TN. La ministra de Salud, Carla Vizzotti, explicó que «es más difícil acceder al segundo componente porque está demorada la producción y porque también se están aplicando las segundas dosis en Rusia en este momento».

El instituto Gamaleya justificó la tardanza asegurando que el segundo componente de la Sputnik es más difícil de producir y su elaboración lleva más tiempo.

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