Desde el sábado 24 de agosto, ocho restos huarpes descansan en el territorio ancestral de la Comunidad Pinkanta. Cada uno de ellos contó con su merecida ceremonia de restitución bajo la luz del sol y encabezada por Cuchy Omta Samay Ñerké Pachayk (Roque Miguel Gil Guaquynchay Guayama), el jefe espiritual.

En el puesto El Junquillal, a las espaldas de la localidad del Encón, cerca de un centenar de personas -entre integrantes de la comunidad e invitados- desarrollaron las restituciones en la antesala del Cierre del Año Huarpe y el inicio del Año Nuevo Huarpe, que acontecieron entre el sábado y domingo pasado.

Al ritmo de cajas, por los surcos que años atrás visitase el Río San Juan y algunos de sus brazos, fueron depositándose los restos y encendiendo sus respectivas piras con las que se terminaba de sellar el descanso de estos huarpes.

El último en obtener su sagrada sepultura, en un rincón mendocino de la triada territorial que comparten San Juan, Mendoza y San Luis, fue el cuerpo completo de un niño. Se encontraba dentro de una tinaja –algo muy habitual en la cultura huarpe- y conservaba hasta parte del ajuar que usara en vida.

El pequeño ‘colibrí’, como se lo identificó en más de una ocasión, encontró su reposo entre el sentido ‘aleteo’ del Omta y otros integrantes de la Comunidad Pinkanta que le dedicaron una especial sepultura.

El último en obtener su sagrada sepultura fue el cuerpo completo de un niño. Se encontraba dentro de una tinaja –algo muy habitual en la cultura huarpe- y conservaba hasta parte del ajuar que usara en vida.

Cantos y oraciones en lengua indígena, y algunas que otras interpretaciones en castellano, se sucedieron durante el recorrido en el que se fueron depositando los restos. Dicho trayecto contará dentro de poco con la adecuada señalética que guiará a visitantes interesados en conocer este terreno lleno de historias. El ingreso es libre y gratuito durante todo el año, siempre respetando que se trata de territorio sagrado.

Asimismo, los restos en pocos días serán cubiertos por barro y se identificará su posición de la manera más armoniosa con respecto al paisaje del lugar.

El Omta, secundado durante toda la jornada por su familia y sumido en un profundo sentimiento que genera el deber cumplido, agradeció a todos los presentes por hacerse el tiempo de asistir a estas relevantes ceremonias y destacó una vez más la importancia de que los antepasados huarpes volviesen a su territorio ancestral.

 

fuente: tiempo san juan

 

Escuchar noticia   Escuchar Noticia Profundo respeto cobijaron las nuevas restituciones de la Comunidad Huarpe Pinkanta Porfelix alvarez Ago 26, 2024 Desde el sábado 24 de agosto, ocho restos huarpes descansan en el territorio ancestral de la Comunidad Pinkanta. Cada uno de ellos contó con su merecida ceremonia de restitución bajo la luz del sol y encabezada por Cuchy Omta Samay Ñerké Pachayk (Roque Miguel Gil Guaquynchay Guayama), el jefe espiritual. En el puesto El Junquillal, a las espaldas de la localidad del Encón, cerca de un centenar de personas -entre integrantes de la comunidad e invitados- desarrollaron las restituciones en la antesala del Cierre del Año Huarpe y el inicio del Año Nuevo Huarpe, que acontecieron entre el sábado y domingo pasado. Al ritmo de cajas, por los surcos que años atrás visitase el Río San Juan y algunos de sus brazos, fueron depositándose los restos y encendiendo sus respectivas piras con las que se terminaba de sellar el descanso de estos huarpes.El último en obtener su sagrada sepultura, en un rincón mendocino de la triada territorial que comparten San Juan, Mendoza y San Luis, fue el cuerpo completo de un niño. Se encontraba dentro de una tinaja –algo muy habitual en la cultura huarpe- y conservaba hasta parte del ajuar que usara en vida. El pequeño ‘colibrí’, como se lo identificó en más de una ocasión, encontró su reposo entre el sentido ‘aleteo’ del Omta y otros integrantes de la Comunidad Pinkanta que le dedicaron una especial sepultura. El último en obtener su sagrada sepultura fue el cuerpo completo de un niño. Se encontraba dentro de una tinaja –algo muy habitual en la cultura huarpe- y conservaba hasta parte del ajuar que usara en vida. Cantos y oraciones en lengua indígena, y algunas que otras interpretaciones en castellano, se sucedieron durante el recorrido en el que se fueron depositando los restos. Dicho trayecto contará dentro de poco con la adecuada señalética que guiará a visitantes interesados en conocer este terreno lleno de historias. El ingreso es libre y gratuito durante todo el año, siempre respetando que se trata de territorio sagrado.Asimismo, los restos en pocos días serán cubiertos por barro y se identificará su posición de la manera más armoniosa con respecto al paisaje del lugar. El Omta, secundado durante toda la jornada por su familia y sumido en un profundo sentimiento que genera el deber cumplido, agradeció a todos los presentes por hacerse el tiempo de asistir a estas relevantes ceremonias y destacó una vez más la importancia de que los antepasados huarpes volviesen a su territorio ancestral.   fuente: tiempo san juan   Escuchar noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Escuchar Noticia