El fútbol es puro sacrificio, con sueños forjados en pensiones que solo trasciende cuando los futbolistas lo revelan, generalmente cuando triunfan. El premio a ese sacrificio pocas veces tiene recompensa y esa recompensa tuvo Emanuel Díaz, un futbolista nacido en Caucete que con apenas 10 años fue fichado por Argentinos Juniors y trasladó su vida a una pensión, con el único sueño de llegar a ser un día futbolista profesional. Este domingo, fue una de las figuras de San Telmo que dio el batacazo en Concepción venciendo a San Martín sobre la hora.

Nacido en Caucete, Emanuel comenzó a jugar al fútbol a los 5 años vistiendo la camiseta del Deportivo Caucete. Cuatro años después, jugando un torneo en Santa Fe que contaba con la participación de equipos como Boca Juniors, River Plate y Argentinos Juniors, entre otros, el cuerpo técnico del «Bicho» de la Paternal le vio condiciones y lo convenció para ir a probarse. Emanuel cuenta que viajó con un grupo de chicos del Interior a jugar un torneo representando a Argentinos y lograron salir campeones. «A los meses me llamaron para que fuera a jugar pero me tenía que ir a vivir a Buenos Aires», cuenta el defensor central, hoy de 21 años.

Lo pensó y junto a sus padres, Darío y Marta, decidieron que tenía que aprovechar la chance. Con apenas 10 años trasladó su vida a la pensión. Dice que los primeros meses fueron duros pero siempre se puso como motivación seguir pensando en su sueño de llegar a ser futbolista profesional. «Fue un momento muy complicado donde la pasé mal. Recuerdo que las noches era lo más difícil porque durante el día era fácil pero llegaban las noches y era cuando más extrañaba a mi familia, me pasaba las noches llorando», expresa Emanuel. El defensor habla con total madurez, madurez que sin dudas la forjó desde pequeño debido al distanciamiento de su familia: «Ahora lo pienso con la mente más abierta y en esa época no había la tecnología que hay hoy, el contacto era solo con celular, no había para hacer una videollamada, por ejemplo», comenta.

El jugador de San Telmo dice que en la pensión contaba con contención pero aún así era difícil asimilar el hecho de estar lejos de su familia y amigos. «Había muchos chicos que estaban en mi misma situación porque eramos muchos los que veníamos de las provincias. En mi caso yo lloraba por las noches pero lo pude sacar adelante. Es difícil de explicar porque uno lo tiene que pasar para entenderlo. Siento que me hizo madurar desde muchos lados, desde los valores y también porque te hace ver la vida de otra manera. Esa experiencia me hizo muy bien a mi cabeza y a mi vida», expresa el caucetero.

Su vida en La Paternal no era solo fútbol, lógico. Cursó sexto y séptimo grado en una escuela pública de la zona y luego comenzó el secundario en el instituto estatal ubicado dentro del club. Dice que su familia, lógicamente sufría de la misma manera que él, y lo visitaba una o dos meses por mes. Nunca pensó en bajar los brazos y rendirse, siempre tuvo en claro el sueño que perseguía detrás de la redonda. «La pensión me dio muchos amigos que fueron mi familia. Siempre voy a estar agradecido al club por todo lo que me dio, es mi casa. Me hizo sentir muy bien y tuve la suerte de lograr lo que yo quise desde chiquito«, cuenta.

Llegó a jugar en la Reserva y el club lo dio a préstamo a Club Polideportivo El Éjido. Dice que se adaptó rápido a un fútbol muy técnico, y cuando regresó el club le anunció que no iba a ser tenido en cuenta en la Primera, dándole el pase a su poder. «No tomo esas cosas como un fracaso. Me pongo metas a corto plazo y dejo todo para cumplirlas, cuando no lo logro las tomo como una enseñanza», afirma.

Una vez con el pase en su poder, San Telmo lo contrató para jugar la Primera Nacional en la misma zona de San Martín. El sanjuanino afirma que no fue el mejor año y hoy el objetivo es mantener la categoría. «Es un grupo muy lindo pero con la mala suerte que durante el año no se nos dieron los resultados y tuvimos varios técnicos. Ahora puede tener continuidad», cuenta. El partido del domingo ante San Martín en Concepción fue perfecto para Emanuel porque contó con su familia en la tribuna y porque lograron un enorme triunfo después de diez fechas y les permitió salir de la zona de descenso. «Fue un triunfo lindo. Sabíamos que nos íbamos a encontrar un equipo difícil que juega bien y nosotros con nuestro planteo sabíamos por donde lo podíamos lastimar y le podíamos ganar y lo pudimos ganar. Renovó la confianza de cara a lo que viene», expresa.

¿Un sueño? El caucetero fue cauto. Afirmó y reafirmó durante la entrevista los valores que el fútbol le dio y reiteró que se pone metas a corto plazo. «Hoy en mi cabeza solo pienso en San Telmo y en nuestra misión de salvar la categoría, ojalá lo podamos lograr», cerró el caucetero que partió hace 11 años de San Juan por su único sueño de vivir del deporte que ama.

 

fuente: diario de cuyo